Cada vez que voy me gusta más, aunque sólo he podido descubrirlo en verano, seguramente el invierno también será igual de mágico.
Los paisajes, sus gentes, la cultura de la montaña... en un escenario idílico.
Si he ido en época “no UTMB” cuando es mucho más fácil respirar tranquilidad, me encanta sentarme entre los bancos de la plaza de la Maison de la Montagne o de la Oficina de Turismo, cuando el sol ya se está escondiendo, y disfrutar de la tranquilidad, de las vistas, del entorno...
Y también esas cervezas con mis amigos franceses en el bar de la plaza.
Espero que la proliferación del turismo no afecte el entorno, y tanto el Gobierno como los visitantes sepan guardar y respectar, respectivamente, ese lugar tan maravilloso...
Vistas de Chamonix ayer por la tarde (foto de un amigo, D.L.)
Vistas de Chamonix esta mañana (foto de un amigo, D.L.)
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