sábado, 3 de septiembre de 2016

24-25 agosto 2016 TDS (Sur les Traces des Ducs de Savoie) 119km 7.250m positivivos

Correr el UTMB a finales de agosto en Chamonix, es correr en casa. Llevo participando des del 2009 a excepción del 2012 que no tuve suerte en el sorteo y coincidió que me iba al Campo Base del Everest a finales de agosto.

No todos los años que he corrido he tenido suerte pero siempre es una alegría volver. Aunque ya estuve por allí en junio cuando fui a subir el Mont Blanc, otro increíble sueño cumplido.

Ahora sí que al pasear por Chamonix y mirar el Mont Blanc la conexión era todavía más profunda con esta impoluta montaña que domina el territorio.
No tenía ningún compromiso de resultado salvo el que tenía conmigo misma, después de las malas sensaciones en el Andorra Ultra Trail tener que plegar por 2ª vez en un año no entraba dentro de mis planes ni de mi cabeza, estaba dispuesta a luchar contra cualquier mala sensación.

Una alegría volver como siempre a casa de DL, mi familia en Chamonix. Siempre tan alegres y con ganas de verme.  



Llegué el lunes, un poco de relax y el martes me levanté habiendo hecho una cura de sueño que me hacía falta y me fui tranquilamente a recoger el dorsal, típico protocolo de cada año. Hay que decir que desde que The North Face perdió el patrocinio de esta carrera el tema de imagen es más pobre, menos espectacular.

Las temperaturas eran muy altas para ser Chamonix y la previsión para mi carrera, la TDS era perfecta.

Era un placer como siempre cruzarte por Chamonix con amigos y compañeros de kms. Una alegría conocer en el Salón del UTMB a Tess y Colin Gedes, organizadores del Grand to Grand en Estados Unidos, una de mis dos carrera soñadas para este año y que apenas faltaba un mes para dar comienzo. También estaba con ellos Davide, corredor italiano que nos conocimos en China corriendo Gobi March en 2014 y que era el director de carrera de Grand to Grand.


Con Tess Gedes, orgnizadora del G2G

Recogí el dorsal, número 7174, no era un número que significase nada pero no me desagradaba. Sabía que no sería una carrera fácil, por dificultad en el ránking de carreras del UTMB, la TDS está por debajo de la PTL, y por encima del UTMB, con lo cuál, habría que esforzarse. Tenía 33 horas para conseguirlo.


El resto del día aprovechar para dar la típica vuelta por el Salón, ver más amigos, comprar el Buff y la camiseta oficiales como cada año, y ya a acabar de preparar las cosas y a intentar irme a dormir lo más rápido posible

Tenía la suerte que no tendría que coger el autocar a las 4.00 para llegar a Courmayeur porque Didier y todo el equipo de cámaras del UTMB tenían que gravar la salida de la TDS así que me subí con ellos en coche y pude  dormir casi 1 hora más así que genial! Aunque realmente la última noche no se duerme, algo sí que descansas. 

A las 5.30 ya estaba en Courmayeur para la salida a las 06.00. No se veía la gente muy desesperada por salir en 1ª fila, se respiraba tranquilidad. Todavía era de noche pero en breve amanecería y no hacía falta frontal.

Como siempre, ninguna de las otras salidas que no fuese el UTMB no era tan espectacular. Empezando por la canción de salida.

A escasos minutos de la salida ya la gente se fue apretando, me situé más o menos en medio. Para variar, la gente salió a trote pero a diferencia de otras, me sorprendió muchísimo que era un trote tranquilo, y al poco que empezó a inclinarse ya seriamente, muchos corredores pararon de trotar y correr, y a caminar.

Yo no dudé en hacer lo mismo, no valía la pena quemarse en la 1ª parte.  Hasta el 1r control había 6.5km y 800m de desnivel positivo, así que subía de verdad para empezar. Cogí un buen ritmo y muy contenta, el cuerpo me pedía ir avanzando gente. 



Era muy pronto todavía y ya se notaba un bochorno fuera de lo normal. 




Según la lista de material obligatorio había que llevar 1l de agua pero el día antes nos enviaron un email que se aconsejaba llevar 2l y aprovechar los ríos y fuentes para mojarnos y coger agua.



Llegamos al punto más alto de esa parte, 2.435m Arête du Mont-Favre y ahora llegaba una corta pero fuerte bajada hasta el control de Lac Combal, un punto también que conozco muy bien. 



Aproveché la bajada para recuperar tiempo perdido en la subida y tramos lentos dónde se habían hecho tapones (salíamos 1.600 corredores). 


Al llegar a Lac Combal, km 15.2, bebí  bien pero comí muy poco, tampoco tenía mucha hambre y me encontraba bien. Salí rápido para intentar coger un poco de colchón de tiempo. Ahora de nuevo subida hasta Col Chavannes (2.603m). 






Lo malo de esta parte fue que estuvimos mucho rato parados por tapón que prácticamente se iba haciendo y deshaciendo hasta llegar al control.



Y al llegar arriba empezaba una muy larga bajada que aproveché para trotar y avanzar rápido, hizo falta parar algunas veces para mojarme y beber agua en los pequeños riachuelos, el calor era muy fuerte.

La bajada era cómoda pero había de ser consciente que no podía emocionarme porque se sobrecargan en exceso las piernas en tramos así y tampoco merece la pena.

Había un punto de control en Alpetta (km 29.2) que era ya al final de la bajada, pero sin avituallamiento. 



Ahora de nuevo subida no muy fuerte hasta el punto de control con avituallamiento Col du Petit Saint-Bernard (km 35.9). Y ahora de nuevo una muy larga bajada hasta Bourg Saint Maurice,  valía la pena aquí de nuevo aprovechar para ganar tiempo pero se notaba que el calor apretaba muchísimo y la piernas también empezaban a notar el cansancio.


Al llegar al control, km 50.7 estaba a tope de gente porque estaba en medio del pueblo y había muchos familiares y acompañantes de los corredores y aquí vi a muchos corredores abandonar, era demasiado tentador y más ante la subida más exponencial de la carrera de 1.750m y con el calor que hacía… Una gran alegría coincidir con Marc con quién habíamos corrido juntos en Costa Rica en febrero.

Salí positiva y con ganas, pero era duro, bastante duro, Veías a muchos corredores darse la vuelta y pensé que no podía caer en la tentación, que yo estaba feliz y bien y que tocaba sufrir para conseguir el objetivo.



Me hizo muucha ilusión cruzarme en esta subida con Blas y Xavi, hacía muuucho que no los veía, sobre todo a Xavi, con quién habíamos compartidos grandes aventuras.

Estuve subiendo un rato con ellos hasta que les dije que se fuesen, me encontraba bastante baja de azúcar y me vi obligada a parar varias veces a tomar geles y comer.
Iba sufriendo un poco por no quedarme sin agua también hasta a llegar a un control a un poco más de media subida. Veía a muchos corredores a los lados descansando con caras de sufrimiento, sobre todo por el calor junto con el desnivel, era un coctel molotov.



Yo aunque tardé más de lo previsto por las paradas que tuve que hacer, llegué más o menos bien. Allí estaban Xavi y Blas, no me lo podía creer cuando vimos que nos hacían pagar 3€ por una Coca Cola. Evidentemente que aquí no había punto de avituallamiento pero hacernos pagar gente de la organización era un detalle muy feo y más en ese punto tan duro de la carrera.

Aquí ya se junto Julián, otro amigo de carreras, y fuimos haciendo hasta el final de la subida pero Blas se quedó un poco más atrás. 



Ahora antes de caer la noche venía sin duda la peor parte de bajada de la carrera, un tramo de cuerdas dónde se había de prestar mucha atención. Poco a poco la bajada fue mejorando. Blas nos alcanzó pero de nuevo lo volvimos a perder, Xavi se quedó con él y Julián y yo continuamos bajando, yo sólo podía pensar en que en el siguiente control tendría mi bolsa con ropa para cambiarme y comida para coger.

Llegamos al control (Cormet de Roselend, km 66.6) ya con el frontal puesto, eran casi las 22.00. La carpa estaba a tope de gente comiendo, descansando… Genial el detallazo de tener un espacio “vestuario para chicas” para podernos cambiar tranquilamente, éramos pocas así que genial.

A las 22.30 Julián y yo salíamos y Xavi y Blas se quedaban un poco más porque habían llegado más tarde.
Ahora tocaba de nuevo subida, y fuimos haciendo pero se notaba el cansancio, íbamos más lentos. En un momento que nos sentamos a comer Xavi y Blas nos pasaron, le dije a Julián que tirase con ellos que no me importaba, y más adelante ya se fue. Al poco me junté con Xavi  y Blas y genial compartiendo quilómetros.

Ahora de nuevo bajada hasta el control de La Gitte, km 74.5, y al salir de nuevo subir con fuerte pendiente, notaba cansancio pero sobretodo sueño de ese tan profundo que necesitas parar, menos mal que al ir con ellos era más distraído.

Paramos 3’ a cerrar los ojos, y ayudo mucho!

Llegamos al punto más alto pero no había avituallamiento, sólo punto de control (Col Est de la Gitte km 78.4)

El terreno ya no era tan agradecido como en la 1ª parte, aquí  había mucha piedra y las bajadas eran mucho más complicadas

Tuve una resbalada fuerte con unas piedras mojadas, me asusté pero menos mal que no fue nada.

Y para sorpresa en el UTMB, noche calurosa, nada necesario ir abrigado, de momento suficiente con el chaleco cortavientos.

Menos mal que por fin cogíamos un tramo sin piedras y algo de pista y asfalto para descansar un poco. Llegamos al control de Notre Dame de la Gorge km 91.6. Íbamos más o menos bien de tiempo, yo hubiese parado a dormir 10’pero ellos prefirieron salir así que hacia adelante!

En cada control ibas viendo gente que iba abandonando, realmente estaba siendo una carrera muy dura! Psicológicamente costaba pensar en la subida que venía y sobre todo cuando la vimos, aunque no era tan dura al verla de cerca, tampoco era fácil, Col de Tricot (km 102.4 2.120). Salimos del control de Les Contamines sabiendo que ya llegaba el final pero que teníamos que ser fuertes para pasar esa última parte dura.
A llegar a los pies de Col de Tricot veíamos la serpiente de gente subiendo, cogimos lugar y empezamos sin prisa pero sin pausa, me costó arrancar, estuve a punto de decirles que subiesen ellos que yo necesitaba descansar pero me animaron y cogí fuerzas, y después de unos duros metros de subida, conseguimos llegar a arriba, qué felicidad!!! Ahora bajada y nos quedaba ya sólo una leve subida que también se hizo muy dura.
Yo en ese momento estaba fundida, les agradezco mucho a Xavi y a Blas por los ánimos y esperarme.

Hicimos como pudimos esa última subida hasta Bellevue y al ver la estación de tren una sonrisa apareció en mi cara, la última vez que había estado allí hacia un par de meses con Nacho bajando de la ascensión del Mont-Blanc. 

Llegamos al control, km 106.4, y no quedaba nada ya, unos 13km y mayoritariamente de bajada. El calor volvía a apretar muchísimos, y yo estaba rendida, hacía horas que no me entraba nada de comida pero ya estaba, un último esfuerzo. Llegamos al control de Les Houches y ahora sí, sólo 8km! 

En los últimos 4km cuando ya pisábamos Chamonix les dije a ellos que tirasen que yo me los iba a tomar con calma, no quería más estrés, ya estaba hecha la carrera, llegaba a tiempo de sobras, y quería saborear esos últimos quilómetros.



Y ahora sí, últimos metros en el centro de Chamonix, cuando todo el mundo grita tu nombre y empiezas a correr sin saber de dónde salen las fuerzas...



Genial ver a amigos como Luis animando, y ahora sí, cruzaba la meta en 31 horas y 52 minutos, feliz, muy feliz! Ni una molestia, y una gran alegría ver allí a Mirko, amigo italiano!



Había abandonado más de 500 personas así que llegar en un gran premio!

Ahora sí, a coger chalego, foto Finisher, y a disfrutar del momentazo!!!!!!



Como siempre digo, es difícil entender para el resto de la gente como vale tanto la pena el sufrimiento previo, pero sí, merece la pena, en el deporte como en la vida, todo cuesta un esfuerzo para conseguir lo que quieres.

Ahora sí, a pensar en la segunda carrera objetivo de la temporada, Grand to Grand, en unas semanas a volar hacia el Gran Cañón del Colorado! :) 




Everest Base Camp (September 2012)