jueves, 1 de agosto de 2013

26-28 Gran Trail Aneto Posets 114km 6.650m + (sólo 44km... #aventura )

No me quiero preguntar a mi misma si volvería...

Tenía esta prueba pendiente hacía años, pero por calendario había sido complicado, ya que julio es un mes lleno de pruebas punteras. Pero este año encontré el hueco y decidí apuntarme, me apetecía mucho! se lo comenté a mis compis de aventura Andreu y Patrick, pero esta vez sólo pudo Andreu, así que nos apuntamos por equipo a ver si podríamos conseguir algo. Al ver que daban 35h para 114km-6.950m + ya imaginé que fácil no sería...  

Chicas apuntadas de momento sólo 5...
Conocía también otros amigos que iban,y entre ellos: Esteve, Blas y Ramón, compis de kms, y Ricardo V. de Madrid, Montse S....

Salimos viernes a media mañana y a primera hora de la tarde ya estábamos recogiendo el dorsal, entre todos los corredores, caras conocidas y amigos.



A las 19h briefing... durante el cuál veías las caras de muchos participantes de asombro, sentías comentarios... quedó claro que se requería ser un hábido orientador para no perderte, y se denotó también que algo fallaba en cuestión de organización... Salí de allí no muy convencida, no lo veía del todo claro, pero entre risas y comentarios, todo quedó archivado.

Cenita reconfortante precarrera, descansamos un rato y tocaba ponernos el uniforme de "trabajo", la noche era fresca pero no fría y según el briefing, la previsión de meteo era buena hasta quizás noche del sábado... Así que con térmica de manga corta perfecto y mallas piratas como decía el reglamento, el resto en la mochila.

Como los avituallamientos serían muy ligeros como nos habían informado, llevaba lo necesario para ir bien alimentada e hidratada, y en la bolsa que se podía dejar en mitad de recorrido había dejado el "provisiones".

A las 23.20 ya nos dirigimos a la Avenida de los Tilos de Benasque para pasar el control de material y entrar en el corralito de salida, el ambiente era genial, muchísima gente animando. Nuestra carrera salía a las 00.00 y a partir del sábado por la mañana, iban saliendo las carreras de las otras distancias, de manera escalonada.


Andreu quería tirar rápido, y Esteve, Blas, Ramón y yo preferíamos ir más cautos, de menos a más, y según sensaciones, sería una carrera dura... (aunque no imaginábamos que tanto...).

Debido a las tormentas de días anteriores, los primeros 3km los haríamos por asfalto.

Estaba nerviosa, quizás más de lo habitual por la incertidumbre y también por la emoción de saber que nos esperaba! (si lo hubiese sabido de verdad creo que casi estaría agarrada a la valla para no salir! ;) )



Música muy chula, últimos abrazos, miradas, aplausos... y comenzaba! salimos del pueblo a ritmo de trote, ambiente espectacular... hasta que llegamos al silencio de la montaña. La gente había salido muy fuerte de ritmo, prácticamente éramos los últimos pero no nos importaba, teníamos 35h por delante, y teníamos que regular.

(Banda sonora de la carrera ;) http://youtu.be/PPHWN8KUUQ8 )

Íbamos a buen ritmo todos juntos hasta que en una subida Ramon se escapó y nos quedamos Esteve, Blas y yo. Muy buenas sensaciones, temperatura fresca pero ideal, y pista muy agradable. Por las siluetas que nos dejaba ver la luna, deducíamos que el paisaje debía ser espectacular: cascadas, ríos, barrancos...

Fuimos subiendo acompañados por el silencio de la noche... a partir del Refugio de Pescadores el camino se volvió más técnico, las pedreras empezaron a aparecer más seguidas... Ramón ya estaba con nosotros de nuevo, el ritmo de los frontales había descendido, se notaba que el camino ya no era tan fácil, iba cogiendo forma de Alta Montaña... como ya nos dijeron, no estaba marcado, pero si alguna señal de vez en cuando que nos indicaba que íbamos bien, a parte del marcaje GR/PR... El sonido del agua formaba parte del camino silencioso...

Ya costaba más, la tensión incrementaba piedra a piedra pero seguíamos adelante, nos íbamos cruzando con otros corredores... la temperaturas iba bajando y el viento en aumento pero preferí no ponerme nada... y una vez en la cima -Collada de Ballibierna-, empezaba la bajada "divertida", tocava nieve, la verdad que aquí disfruté!! pero tampoco duró mucho, después volvieron las piedras, incesables, y volvimos a la misma tensión.

Nos íbamos cambiando la posición pero seguíamos juntos... la noche empezaba a desaparecer, el cielo iba dejando el negro e iba cleareando poco a poco... hasta que el frontal dejó de hacer falta y empeza el sábado.

Llegamos al control de Llauset km 22 (precioso, amaneciendo el día en el Ibón de Llauset) dónde había el primer avituallamiento, o al menos eso ponía en la web. De todo lo que había en la web, sólo quedaban frutos secos... vergonzoso, eso sí, los voluntarios/personal asistencia sanitario muy agradable. Nos dijeron que en este control ya había corredores que habían abandonado.



Tocaba de nuevo subir, y bajada de nuevo técnica hasta el río Salenques, dónde había control sin avituallamiento, km. 28.4. Y aquí empezaba una zona que nos habían dicho en el briefing que era muy virgen por su dificultad, y así fue...



Aquí empezaba la parte "menos buena" o dijéramos que "mala" de esta aventura... empezamos a subir con mucha pendiente pero bien, hasta que el camino volvió a ser muy técnico.


Esteve y Blas tirarón y yo me quedé con Ramón. íbamos tirando hasta que empezó a ser muy pesado avanzar con tanta tensión, tan lento, y sabiendo que cualquier error podría costar caro... íbamos pasando pero no se veía el final, sólo al final algun punto sobre la nieve que trepaba para arriba... Los tobillos, mi punto flojo por la hiperlaxitud de ligamentos, todavía hizo que todo fuese más peligroso.. era muy fácil resbalar...  necesitaba un tercer apoyo para pasar de piedra a piedra.



De momento el tiempo era agradable, sol y alguna nube.

A ratos más animada, a ratos menos, íbamos subiendo a ritmo lento... se me hacía muy pesado, piedras y más piedras, y el final no asomaba... Y de repente los corredorse de la Vuelta al Aneto empezaron a pasarnos, eso me agobió todavía más...

El camino seguía igual, agotador, buscábamos algo de verde para evitar las piedras pero era difícil, mis tobillos no aguantaban el equilibrio y buscaba en cada paso ese tercer punto de apoyo para no caerme al pasar. Llevo des del 2007 participando en carreras de larga distancia pero nunca había vivido algo así...

Por fin empezamos a ver a lo lejos el final, muy muy lejos. La "alegría" es que empezaba la parte de nieve, y podríamos cambiar de terreno. Se hacía duro también por les resbalones, pero mucho más seguro.



De repente el tiempo empezó a cambiar y el cielo cogió un tono gris, y el aire se convirtió en viento fresco.



Seguíamos pero muy poco a poco, conforme subíamos era más técnico y el cansancio y la sensación de peligro era presente, no podía más, veía casi imposible llegar a arriba, era una sensación mala, nueva.. Ramón me dijo de llamar al 112, pero nuestra sorpresa, no funcionaba (más tarde nos enteramos que el repetidor se había estropeado esta misma semana). no quedaba más remedio que continuar...



Nos enteramos que había un corredor más abajo con hipotermia y que boca a boca hacia el control habían avisado al helicóptero. El tiempo seguía empeorando, el cielo cada vez más gris y la nieve iba helando y costaba muchísimo progresar, te ibas para abajo, dos paso adelante 4 atrás. Me puse el cortaviento, empezaba a hacer frío, y saqué también los guantes.



Hasta que pasó un corredor de la Vuelta, Jesús, bombero de profesión, que cruzamos un par de palabras, se paró y me dijo que me ayudaría a subir, y así fue... gracias a él pude ir subiendo, y pasar la grimpada con cuerdas, de forma segura. De repente bajó una persona con piolet a buscar  al corredor que esperaba el helipcóptero por hipotermia porque el helicóptero no podía subir. Al llegar arriba rápidamente íbamos a empezar a bajar, cuando vimos que el control estaba a la derecha... buff.... tocaba carenar con el fuerte viento, agachados, y con la ayuda también de una persona del control.

Fichamos, comimos algo, y le dije a Jesús que bajase que ya iríamos haciendo pero me dijo que no, que se quedaba a ayudarme.

El tiempo iba a peor, rayos... y a los pocos segundos truenos... empezaba ahora un "juego" de tartera y nieve, veías corredores bajando de cualquier forma, de pie, sentados, de lado, de frente, de espalda... La primera parte estaba equipada con cuerda por la pendiente, Jesús se puso delante mío para frenarme por si me embalaba, iba cogida a la cuerda de espaldas rapelando y de repente se me hundió toda la pierna en la nieve, bufffffffff que susto...! pero me sacaron y no fue nada.




Seguíamos bajando, según Jesús veía que iba a ser más fácil y seguro. Miramos para arribar como un pobre corredor bajaba por el lado que no era, como nosotros cuando nos equivocamos en la subida, había una fuerte pendiente y se le veía muy apurado. Alrededor nuestro todo el mundo iba bajando como podía.




Hubo un momento que como si fuese un parque acuático, de culo y para abajo por los railes ya hechos, otros tramos bajamos de pie.



Llegamos abajo y tocaba volver a subir, llovía fuerte, y la temperatura había descendido. Me puse camiseta térmica, suerte que siempre soy muy cauta en cuanto al material, todo y que es cierto que cuando llueve ni el Goretex te evita mojarte.

Parecía que había verde,y que sería más fácil pero no fue así, volvía a ser técnico, con peligro. Seguía los pasos de Jesús, confiaba en él, y Ramón iba detrás también ayudando.



Me dolía la garganta del frío, la tenía seca, intentaba beber y comer algo.

Miraba a Jesús con cara "no puedo más" y él me animaba. Nos cruzamos con un corredor que se acababa de hacer un esguince y sus dos compañeros le estaban ayudando.

El río cada vez bajaba con más agua y fuerza y intentábamos rozarlo sin arriesgar, las piedras resbalaban y mis tobillos todavía aguantaban menos... en un momento uno de los bastones cayó al río, daba igual... me hacía falta pero el riesgo era totalmente innecesario.

Fue pasando el rato, seguía lloviendo sin parar. Los corredores que pasábamos o nos pasaban muchos de ellos nos preguntaban dónde estaba la Besurta para abandonar, se respiraba inquietud y desespero en el frío ambiente.

... y sí, parecía que se veía el final, y por fin, llegamos a Aigualluts, la cara de alegría apareció después de muchas horas, quedaba nada. El río bajaba con mucha agua dividido en varios brazos, era una locura pasar sin pensar, cada uno hacía lo que veía, me quedé al lado de Jesús hasta que el viese el lugar más seguro para arriesgar, recuerdo perfectamente en el curso de socorrismo de montaña con Enric Subirats el peligro que tiene un río cuando baja con tanta fuerza, y con el cansancio que llevaba no tenía fuerza extra. Cruzamos varios de ellos, y después de hablar con dos voluntarios que en ningún momento se acercaron para vigilar que no hubiese ningún accidente al cruzar, nos dijeron que era para el otro lado, así que tocaba volver a cruzar.

Nos despedimos de Jesús, después de lo que me había ayudado, sentía que un simple "gracias" era insuficiente. Él seguía, le quedaban poco más de 20km para hacer la vuelta.

De nuevo volvimos a cruzar con Ramón y otros dos corredores que nos habíamos juntado, agua helada, y esta vez me mojé hasta al cintura, temblaba de frío. Me puse ahora sí, todo lo que llevaba en la mochila, me daba pánico sacarme la chaqueta pero era mejor: camiseta térmica de manga corta, camiseta térmica de manga larga, manguitos, chaleco, goretex, buff polar en el cuello, buff en la cabeza, y guantes (suerte que siempre salgo equipada).

Y a ritmo rápido por sendero cómodo, y ya con el frontal de nuevo, fuímos para la Besurta, dónde evacuaban a los corredores que abandonaban, o a los que como nosotros, habíamos llegado tarde al control.

Me costaba entrar en calor, se juntaron por detrás más corredores que también iban a buscar el autocar.

Llegamos, km 44.1, me esperaba un "refugio" para meternos, y era una simple carpa, con corredores envueltos en manta térmica, buff estaba helada, necesitaba entrar en calor, ni toda la ropa que llevaba era suficiente, y fue una alegría escuchar la voz de Sandra, una compi de Ultras que esta vez venía de acompañante de otros corredores. Me metieron en su coche con calefacción, me quitaron bambas empapadas y calcetines, y me dejo calcetines secos. Y como me vieron tiritando todavía avisaron a la asistencia médica y cuando vinieron me metieron en la ambulancia con manta y agua caliente y me bajaron al polideportivo de Benasque.

Allí me pusieron en un colchón con otros corredores con esguinces, hipotermia, vómitos... había de todo... Me dieron caldo caliente, y se portaron genial. Allí estaban también Andreu, Esteve y Blas, que también habían abandonado.



Al rato cuando vieron que ya estaba bien, "me dieron el alta" y a darme una ducha, que estaba medio fría y me sento fatal pero la necesitaba.

Y a dormir a la Escuela de Alta Montaña de Benasque, que se portaron genial acogiéndonos y poniendo a nuestra disposción, cena, desayuno y colchón con mantas...
... y al día siguiente, de vuelta para casa...

Ha acabado todo muy diferente a los que me había imaginado pero contenta porque al día siguiente sólo tenía unos cuantos rasguños y morados, y de todo se aprendre, y todo te queda.


No quiero que esto me desanime para el UTMB, ha sido un punto negro en mi calendario ajeno a mi. No culpo ni mucho menos a la organización por el mal tiempo, es algo incontrolable y para mi ya normal en estas pruebas, simplemente lo que hizo fue agravar más la situación. Sí que según mi opinión,y la de otros muchos corredores que he leído, la organización no estuvo a la altura por el descontrol logístico - de actuación, fallo en el protocolo de seguridad, mala gestión de avituallamientos, desinformación... fueron condicionantes para hacer que esta prueba fuese sólo apta para que 17 corredores de 246 llegasen a meta y ha sido casi un milagro que no hubiese ningún incidente importante. Ver a amigos y familiaries de los corredorse sufrir porque no había información de los corredores es algo a añadir también a la lista.

El que mis tobillos y yo suframos en terrenos de tan alta montaña sí que es culpa mía, no de la organización.

Acabar la crónica dándole las gracias a Ramón por no haber tirado y haber seguido mi ritmo a pesar que él podría haber ido mejor. Y a Jesús, por dejar de lado su carrera y ayudarme tanto a subir como a bajar de Salenques hasta llegar a un punto más segura, y hacer que se sacase fuerzas y me sintiese más seguro, creo que sin él no lo hubiese logrado. A Sandra y a sus amigos por haber estado allí cuando lo necesitaba.
Y a voluntarios y asistencia médica que se portaron fenomenal! Y como no, a los compis de esta aventura: Andreu, Esteve y Blas y a todos los que sin estar presentes, sé que me seguís! :)


Con Jesús y Ramón 

Y ahora sin pensar en el pasado, sólo en hoy y en el futuro más inmediato, mente ya llegando a Chamonix!!! mi lugar :)))

Pd. Ni el mejor periodista ni la mejor cámara son capaces de retratar lo vivido, y suele pasar que en los momentos más "interesantes" la cámara no quiere salir del agujero de la mochila.Y esta vez poco material gráfico... ;) 

Everest Base Camp (September 2012)