domingo, 23 de julio de 2017

7-9 de julio de 2017, Andorra Ultra Trail (Mític) 112km 9.700m +

Después que el año pasado la experiencia en la Andorra Ultra Trail distancia Mític (112km 9.700m positivos) no fuese positivo y tuviese que abandonar antes de 40km, esta vez venía con muchas ganas e ilusión para conseguirlo
Que te den 46 horas para una carrera de 112km significa que la carrera es muy dura  pero iba con el convencimiento que este año era el año.

Pero antes de este fin de semana, y después de la prueba de Hawaii, estuve disfrutando de fines de semana de montaña y deportes outdoor ;)

26 mayo, escalando en Montserrat Cavall Bernat (Vía Punsula Reniu)







2 de junio, escalando en Monterrat Magdalenta Superior (Vía Doc Anton)







10-11 de junio, pico del Aneto por el corredor del Estasen y bajando por Coronas, durmiendo la noche antes en el Ibón Superior








16-17 de junio, Cavalls del Vent (82km 5.400m +)





22 de junio, barranco de la Peonera








23 de junio, escalando vía Sueño de verano en el Anayet








24 de junio, arista de Peyreget en el Midi d'Ossau








1 de julio, Queralbs-Puigmal-Queralbs






Y volviendo a Andorra…

Llegamos a Andorra el mismo viernes con Roque, un buen amigo de Ultras, y allí nos encontramos con otro gran amigo de ultras, Andreu, que había estado un tiempo apartado del mundillo por temas familiares.

Un placer pasear por las calles de Ordino, un ambientazo, y muchos amigos y conocidos.





Después de recoger el dorsal y el briefing, era hora de dormir una siesta. Había vuelto a cometer el error de dormir poco entre semana y tenía miedo de dormirme la segunda noche.
La previsión de  meteo que avisaron en el briefing era de fuerte viento en las cimas y lluvia sábado, y bajada de temperaturas por las noches.

Después de una minisiesta en el coche y estar en pie a las 20h, tocaba vestirse, acabar de preparar mochila y cena. La salida era a las 22h. A las 21.30h ya íbamos para la salida, nerviosssssssss… Pero contenta de ver a muchos amigos.



Fotos, risas, últimos comentarios… 




Y salida! A buen ritmo fuimos haciendo, yo fui tirando para arriba, tocaba fuerte subida, objetivo Pico del Comapedrosa (2.942m), el más alto de Andorra, y de ascensión técnica. Allí agradecí el entreno de las últimas semanas que me permitió ir más hábil en zonas técnicas, fue una ascensión dura pero me sentí cómoda, veía mucha gente sentada por agotamiento durante la subida. Muchos bloques enormes de piedras para ir saltando de una a otra, tramos también de piedra resbaladiza…

En el momento que hice cima decidí bajar rápido, ni paré, muy contenta por la hora que era. Solo había un control de seguridad y el famoso gaitero que te alenta la subida al oírlo porque piensas que ya queda menos.

Mi gran y agradecida sorpresa fue que no hacía viento y apenas frío, yo iba con camiseta compresiva de manga corta, manguitos y chaleco y mallas piratas. Pero llevaba ropa de abrigoe en la mochila de sobras.

La bajada no era fácil, vaya como nada allí, pero al ser bajada todavía se acusa más lo duro de este terreno. Y empalmabas la bajada técnica con tramos de nieve dónde habías de pasar con cuidado para no caerte en el ibón.

Gran alegría al llegar al control del Refugi Comapedrosa viendo que todavía era de noche, las 5 de la mañana, mucho más tarde que el año anterior. Cuando llevaba un rato porque había mucho cola para coger comida, fue una gran sorpresa ver que llegaba mi amigo Roque.

Se encontraba mal y no estaba animado, ya le dije que no vieniese abajo, que esta angunia que sentía se iría , poco a poco y que él siempre se va animando y luego es que acaba más fuerte.

Fui haciendo, tocaba subida de nuevo pero con la ilusión de llegar al primer corte horario, Coll de la Botella, y sí llegué bien de tiempo y buenas sensaciones. Genial porque apareció Roque y partir de ahí continuamos jugando.
Era mañana del sábado, primera noche superada.




Tocaba de nuevo, subida pero no de las más duras, y después, sí que la “famosa bajada”, la de Margineda, técnica, con tramos de cadenas y piedras, agotadora porque bajabas de nuevo a la civilización de Andorra y fue larguísima, y en definitiva, muy dura, te dejaba ko.

Y nos poníamos de nuevo a subir, una subida de nuevo larga dónde ya poco a poco iba viendo que el cansancio, de empezaba a notar. No era tanto por el tiempo, sinó por el tipo de terreno, que aportaba un gran desgaste mental.



Y cerca del mediodía el cielo gris y los truenos que habíamos escuchado por la mañana llegando a la Margineda, trajeron algo de lluvia, granizo y fuerte viento, que quizás era lo más molesto. Las temperaturas bajaron algo pero no mucho, se seguía notando un gran bochorno.




El objetivo ahora era llegar al Refugi de l’Illa, fue espectacular a nivel de recorrido pero realmente muy duro, una locura, paisajes increíbles pero muy técnicos, a penas podías descansar y el cuerpo empezaba a estar perjudicado por el sueño pero la ilusión y la confianza que íbamos a acabar no me fallaba. Me mojaba la cara y la nuca con el agua de los ríos que cruzábamos para despejarme.






Al llegar al control del Refugi de l’Illa, nos trataron genial como en anteriores controles. Era precioso el nuevo refugio. Allí como el sueño apretaba, nos permitimos cerrar los ojos 10 minutos,  y pedí otro café solo como el anterior refugio, a pesar de la angunia que me daba porque no me gusta nada.

Y tocaba de nuevo seguir subiendo. Nos abrigamos porque al salir se notaba el frío, el tramo final de la Collada de Pessons se hizo duro pero por suerte no fue extremadamente duro. Y preparando la mente porque aunque no sabíamos como sería, no habían advertido de una dura bajada, y así fue… El próximo objetivo estaba al final de la bajada, Bordes d’Envalira, km 77, dónde teníamos la bolsa de material.

Al poco de empezar a bajar, a parte del sueño, empezó  a invadirme una sensación de náuseas considerable que acabó en un vómito, algo sorprendente en mí. Me quedé bien, me había sacado las naúseas pero al poco volvía  a vomitar otra vez, y luego  otra, y otra… Era un no parar, no me quedaba nada por salir y seguía con arcadas. Mil gracias a mi amigo Roque que me estuvo animando! Venia un corredor japonés con nosotros que estaba un poco perdido y alucinaba al verme tan mal jeje… Me empezaron temblores, estaba destemplada, y me sentía agotada, cada poco me tenía que sentar a descansar. Qué sensaciones tan horribles!

Y antes del avituallamiento de Bordes d’Envalira había un control de paso y ya ahí vi claro lo que mi amigo Roque que es médico me estaba adviertiendo, así no puedes seguir. Así que con todo el dolor de mi corazón tocaba plegar de nuevo, segundo intento.
Pero me encontraba tan mal que no me veía capaz de continuar. Roque también plegó, y con otros corredores que también lo dejaron por diferentes motivos, nos evacuaron los bomberos de Andorra hasta el control de Bordes d’Envalira, y de ahí un bus de la organización nos bajó a Ordino.

En frío ya, te das cuentas que abandonar por algo así es positivo porque en par de días estás recuperado, lo malo es cuando te ves obligada a abandonar por lesión. Así que aunque de rabia al momento y en los días siguientes, sé que algún año volveré a intentarlo :)
La prueba de la dureza de la carrera es que sólo acabaron menos de la mitad.





Muuchas gracias a Gerard y Valérie, organizadores de la carrera, a todos los amigos con los que compartimos allí la experiencia, a los voluntarios que amablemente nos atendieron en todos los controles, a los Bomberos de Andorra que nos trataron genial en la evacuación, y como no, a los que sin estar en Andorra me animastéis muchísimo durante la carrera, antes y después :))

See you in a next adventure! ;)


Everest Base Camp (September 2012)