lunes, 8 de septiembre de 2014

6 septiembre 2014 Colaborando en la Cátedra de Deporte y Educación Física (Universidad de Gerona)

El sábado tuve la oportunidad en Banyoles (Gerona) de estar sentada en una mesa de grandes persones dentro del mundo de la montaña.

















Enric Subirats, amigo y médico de referencia en emergencias de montaña en Cataluña, me invitó a participar en una mesa redonda de la Cátedra de Deporte y Educación Física de la Universidad de Gerona junto con Jordi Canals, un MAESTRO con mayúsculas, director del Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña de Cataluña y la persona que descubrió a Kilian Jornet; el gran alpinista Jordi Pons; y el compañero de trabajo y deportista, Isaac Vilalta.



Fue un diálogo muy ameno con gran participación del público que asistió y para mí personalmente una gran oportunidad. Al acabar estuvimos viendo la Triatlón de Banyoles.

Tanto a Enric como a Jordi Canals ya los conocía por la formación que he hecho hace años con ellos en socorrismo de montaña y por diferentes actividades dónde vamos coincidiendo, siempre es un placer volvernos a ver, son grandes personas, compañeros y maestros para mí! :)




Y escuchar a Jordi Pons todas las experiencias que guarda a lo largo de su vida ligada al alpinismo… En 1974 formó parte de la 1ª expedición catalana en subir un 8000, el Anapurna. Me sentía muy pequeña a su lado a la vez que afortunada, hubiese estado horas escuchándolo. 

Hay gente que se queja con 50 años que no puede hacer deporte por la edad y los escuchas a él que con 81 años contaba que el invierno pasado volvió a subir al Aneto con esquís, eso es vivir!

domingo, 7 de septiembre de 2014

29-31 de agosto 2014, Ultra-Trail du Mont-Blanc 167.7 kilómetros 9.618m positivos

2368, dorsal del UTMB

23/6/81, fecha de mi nacimiento


Desde siempre las conexiones numéricas me traen buenas vibraciones, quizás de aquí el hecho que lleve tatuados dos números.
Evidentemente no podía pensar que por esta casualidad iba a hacer una carrerón pero si al menos retroalimentar la ilusión que tenía porque todo fuese genial y pudiera cruzar aquella meta.

Este año pude organizarme para llegar a Chamonix un día antes que el año pasado y tener así margen de descansar más, ver amigos, disfrutar del ambiente… aunque es cierto que allí siempre me falta tiempo, vas por la calle y vas viendo amigos de cualquier parte del mundo, de los  mejores encuentros este año ha sido ver a Pachi y a su mujer, corrí con él el año pasado en el desierto de Atacama compartiendo jaima durante una semana, y compartir jaima significa compartir muchas experiencias, emociones, momentos de risas y momentos de agotamiento, de bajones, de dolor, de alegría… Son esos recuerdos que quedan para todo la vida, por ello el hecho de cruzármelo allí y saber que nos volveríamos a ver en Antártida en noviembre fue genial! También me crucé a Mirko, periodista deportivo de Soul Running (Italia) que nos conocimos haciendo un reportaje en Monti Sibillini (Italia), y muchas otras personas que ha sido genial ver por esas calles que siento tan familiares. En el Salón del UTMB también estaban el gran Ángel de Transvulcania que tan bien me trataron este año, o mi gran colega Carlos Ultrarun, mi gestor 4deserts en España.
Salón del UTMB
Con Ángel de TRANSVULCANIA
Con los amigos de Naturtime (UT Montsant y UT Costa Dauarda)

Como siempre el ritual de coger el dorsal aporta una buena dosis de adrenalina cuando te ponen la pulsera que sabes que ya es la “sentencia” que estarás en esa línea de salida en unas horas… y como todo evoluciona y mejora, y el UTMB es un referente en la gestión y organización de carreras de montaña, este año el control de material innovaba dando a cada corredor una lista de material obligatorio de 4 ítems aleatorios para cada corredor que tenías que depositar en una bandeja como las de los aeropuertos y pasar el control, vi gente que no lo pasaban así que no era un control de hacer por hacer, sino que realmente se preocupaban de hacerlo pensando siempre en la seguridad del corredor.

Cola para recoger el dorsal
Control de materrial
Me pidieron chaqueta impermeable, malla larga, manta térmica y móvil

Salón de recogida del dorsal

Por horarios de carrera, tuvimos la posibilidad de ver la línea de llegada tanto de la TDS como de la OCC (este año era la 1ª edición de esta distancia), y era un placer ver caras conocidas en los podios de ambas carreras.

Jordi Gamito, 5o de la TDS

Marc Pinsach, 3º de la OCC

De la primera vez que vine a esta prueba a ahora, el ambiente todavía ha crecido más exponencialmente.

El jueves en el café de Salomon Spain, Nerea, Iker y Tófol exponían sus experiencias y previsiones, Nerea ya había corrido la TDS y había finalizado  en 3ª posición después de una carrera gestionada de forma muy inteligente, Tófol se enfrentaba a su 1ª carrera de más de 12horas y para Iker era una experiencia más en su gran CV deportivo.



Y ahora sí, llegaba el viernes, el día amanecía gris, el Mont-Blanc apenas se veía, la previsión era del lluvia alterna al mediodía, y a partir de la tarde y hasta la noche tormenta pero luego ya despejaba, y poco se equivocaron…



La salida era a las 17.30  y una hora antes ya salíamos del apartamento para coger un buen sitio e intentar salir lo más adelante posible, y así fue.
De camino para la línea de salida el cielo estaba gris, y el sol apenas podía hacer acto de presencia.


Nervios, emoción, ganas de empezar, respeto a la 2ª noche… muchas cosas me pasaban por la mente… Nos colocamos bastante bien para la salida, empezó a chispear, a llover un poco… había corredores que ya se ponían el Goretex, yo de momento esperaba porque tenía calor y me coloqué una especie de capelina “de usar y tirar”, parecía que remetía y los corredores se desprendían del Goretex de nuevo… 


Con Esteve, uno de los amigos del grupo que salíamos
Ya colocados en la salida

...pero 10minutos antes de la salida, empezó la lluvia de verdad y parecía que incrementaba igual que nuestros nervios, y sí, llegó el momento de escuchar la canción, de cerrar los ojos y vivir ese gran momento, de sentir la emoción, la mirada de tus amigos alrededor… Trois, deux, un… Go!!


Y ahora sí, bajo la lluvia y con los gritos de la gente, empezaba la UTMB, por delante 46horas para conseguirlo… La idea era salir lo más rápido posible sin prisa pero sin pausa, sin forzar pero ir a buen ritmo para evitar lo del año pasado, ir con el tiempo justo de paso, yo quería disfrutar, quería mirar el Suunto sin agobiarme.



Y cómodamente llegamos a Les Houches, 1er avituallamiento, km 7.9 mucho mejor que el año pasado

Y empezaba la subida a Le Délevret, y a partir de aquí fue cuando vi que podía tirar más que el grupo así que empecé a trotar hasta que en una subida vi que estaba Julián, también del grupo e iba a seguir tirando pero me comentó de ir juntos y como sabía que también estaba fuerte y tiraba, nos juntamos y fuimos haciendo.

Seguía lloviendo y ya antes de llegar arriba noté algo de frío y me puse el Goretex.




Ya imaginaba como estaría la bajada hacía Saint-Gervais, y así fue, un barrizal, ibas viendo resbalones, caídas… Fuimos precavidos pero a buen ritmo, pisando hierba para evitar piedras mojadas y ya antes de llegar abajo nos tuvimos que poner el frontal, pisamos el asfalto de Saint-Gervais, km 21, trotando sin dar tregua, avituallamiento rapidísimo y seguimos tirando, tenía muy buenas sensaciones.

Ahora tocaban 10km de subida hacia les Contamines, y lo mismo, fuimos haciendo a buen ritmo, parecía que la lluvia paraba pero no del todo…

5 minutos antes de las 23.00 entrábamos en el control de Les Contamines, km 30.7, cerraban a las 23.30, con lo cual ya íbamos mucho mejor que el año pasado pero tampoco podíamos dormirnos.

Ahora seguíamos subiendo un trozo muy bonito hasta Notre Dame de La Gorge, esta parte es una de las que más me recuerda mi primera vez en Chamonix cuando hice el Tour del Mont-Blanc, me emociono al pensarlo de lo “inexperta” e “inocente” que era en aquel momento en este mundo, todo me era increíble, llevaba un año ya en la ultradistancia y pisar Chamonix en el 2008 para mí fue un descubrimiento, un enamoramiento a 1ª vista que hoy todavía persiste.

Volviendo a la carrera…

La fogata y el ambiente de La Balme increíble como cada año, y ahora sí, a subir hacía el control de La Balme. Ya no llovía, parecía que íbamos a tener una noche más o menos tranquila.

Con Julián

Íbamos con muy buenas sensaciones, pasando corredores y llegamos a La Balme, km 38.8, a las 00.42, aprovechamos para hidratar, sopa caliente y algo de comer que entraba todo bien.

Y rápidamente a seguir. Ahora sí, 1ª subida “importante”, hacia el Refuge de la Croix du Bonhomme, a 2.439metros. Esta subida la he hecho anteriormente de día, de noche, con sol, con lluvia, con mucha nieve… Este año tocaba de noche y con “buena temperatura”. Se hizo un poco larga pero buenas sensaciones, y una vez arriba (km 44.2), a bajar lo más rápido posible intentando no abusar para no machacar las piernas demasiado porque quedaban muchas horas.
Notaba que los pies seguían muy húmedos y llenos de barro, esperaba no tener ninguna ampolla.

Llegamos abajo al control de Les Chapieux, km 49.4, a las 3.36 y cerraban a las 4.45, con lo cuál ya habíamos ganado bastante tiempo de colchón para cualquier imprevisto.

Ahora sí, la mítica subida al Col de la Seigne, esta subida me recordaba a mi amigo Chema de Sevilla que un año le dio una pájara aquí. Igual que antes, fuimos subiendo sin darlo todo pero a buen ritmo y llegamos arriba, 2.502m a las 06.10, sin agonizar aunque se notaba que ya había algo de cansancio. Y ahora sí, a disfrutar de la bajada a Lac Combal mientras amanecía, esta parte es increíble y la cogimos en el mejor momento, difícilmente pueda transmitir con palabras la gran belleza de esas imágenes, sino que quedan guardadas en la retina (#petitsgransmoments).




Y llegamos al control de Lac Combal, km 64,1, a las 07.01. Aquí momento de “desayuno rápido”, este control me recuerda a Esteve, un amigo que el año pasado nos cruzamos en este control y nada más mirarnos nos dimos cuenta de lo mal que lo estábamos pasando en ese momento, yo recuerdo sentirme fatal, agotada físicamente y sobretodo mentalmente, a diferencia de este año que estaba pletórica.

En este control fue cuando nos cruzamos con un amigo de Julián, Xavi, que nos preguntó si podía unirse a nosotros y así fue, salimos de allí llaneando hasta coger el camino de subida de nuevo hacia la Arête du Mont-Favre, esta subida suele costar bastante porque ya tienes la mente en Courmayeur, aquí noté que aflojé un poco el ritmo y a seguir subiendo de nuevo hasta 2.417metros, ya arriba disfruté  de las increíbles vistas y genial cruzarme con Toni, amigo catalán que nos conocimos corriendo en el desierto de Atacama y que me ayudo muchísimo.





Ahora de nuevo bajada hacia Col Checrouit, allí un avituallamiento rápido pero aproveché para ir al lavabo y al salir Julián y Xavi se habían ido y fui bajando a mi ritmo, esta bajada también cuesta porque parece que Courmayeur no llega pero sí, después de unas cuentas “s” y vueltas, pisas en las asfalto, sonríes, y sabía que había llegado para mi mentalmente, al 1er objetivo de la carrera, km 77.1, eran las 10.06 y cerraban a las 12.00, genial porque el año pasado llegué rendida con apenas 15’ de margen sobre la hora de cierre. Allí tenía mi bolsa con mis cosas y dado que tenía tiempo de sobras, decidí tomarme mi tiempo para lo que necesitaba, cambio de calcetines, quitando barro y poniendo previamente vaselina, un poco de higiene, cambio de ropa, comer bien, coger ropa y comida de la 2ª parte de la carrera, a partir de aquí volvía a comenzar otra carrera, reset de mente y cuentaquilómetros a 0 de nuevo.

Y justo cuando iba a salir me crucé con Toni que me propuso ir juntos, ya le dije que yo no estaba igual que el de forma pero me dijo que no le importaba y que le apetecía que fuésemos juntos y ya tiraría si veía que no llegábamos, así que genial poder compartir la carrera con él.

Ahora tocaba la corta pero dura subida a Bertone porque suele coger en franja de calor y ya con cansancio acusado, pero poco a poco fuimos haciendo y llegamos, hidratar bien y salir, ahora volvía a venir otra etapa de vistas increíbles, medio llaneando hacía Bonatti, eso escasos metros de subida a Bonatti incluso cuestan sabiendo que en nada vendrá bajada a Arnuva. En Bonatti, km 89.3, ya eran las 14.12 del mediodía, comer algo rápido, y salir.





Miraba el reloj y sabía que los primeros ya estaban entrando a meta y a mí me quedaban seguramente el doble de horas pero ese hecho tampoco me hundía sino que me alegraba por ellos y esperaba que fuesen los que tenían en mente.



Ahora un poco de subida y bajada hacia Arnuva, recuerdo en 2011 hacer esta bajada de noche y corriendo rapidísimo para intentar llegar a tiempo, una locura, íbamos una fila muy compacta de corredores que íbamos ansiosos de no quedarnos fuera de control y en cada curva los dábamos todo y llegamos creo con unos 15’ de margen porque habían alargado por el mal tiempo.




Esta vez llegamos a Arnuva con menos estrés, km. 94.5, eran las 15.23 y cerraban a las 17.15,  así que todo y no ir al ritmo de la 1ª parte de la carrera, manteníamos un buen cojín de tiempo. Era genial escuchar los gritos de los hijos de Esteve y Alberto, daban una gran energía positiva (gràcies nois!!)

Aquí me tomé el 2º “café de mi vida”, el 1ª fue subiendo al Campo Base del Everest con leche de jak,y este fue el 2º, notaba la presión muy baja y junto con el sueño, necesitaba un chute de energía y parece que fue bastante bien.

Ahora sí, Grand Col Ferret, subida intensa pero que me gusta muchísimo. 





Es ir haciendo, agradecida, mítica, que me aporta muy buenos recuerdos, a mis amigos franceses, a mis compis de aventura Andreu y Patrick, a la carrera del 2010 que llovía intensamente… . 


Y entre recuerdos y esfuerzo llegamos arriba, 2.525metros, el punto más alto de la carrera, eran las 17.00 en punto, y llevábamos 23h30’ de carrera y 99km.










Ahora larga bajada hacia La Fouly, este control también me gusta mucho, aunque me trae “malos recuerdos” cuando me descalificaron en 2011 por 3’ porque llegué tarde por esperar a un amigo que se hizo daño. Es un pueblo muy bonito, en 2008 también habíamos hecho parado durante la travesía del TMB a tomar unas cervezas en el bar que encabeza el pueblo que siempre tiene gran ambiente.





Llegamos a las 19.02, Julián y Xavi se habían juntado con nosotros pero ellos salieron antes del control y yo esperé a Toni que se hizo una cura en el podólogo. La temperatura era fresca y ya tocaba ponerse algo porque al parar cogías frío.

Seguíamos bajando hacia Praz, todavía de día. Y una vez “tocamos fondo” de nuevo subida a Champex, era mi 2ª meta de la carrera, llegar a Champex ya casi significaba que la carrera estaba hecha, al salir quedarían poco más de 43km.




Llegamos a Champex a las 22.37, “hora de cenar” ;) Aquí aproveché para comer pasta que entraba bien, me puse la camiseta térmica, y con “despertador” y Toni al lado por sino lo escuchaba, “dormí” 5minutos,lo necesitaba, tenía sueño y ya los ojos se iban cerrando aún tomando Coca Cola, té, más café…

Aquí estuvimos casi 40’ para reponer fuerzas y salimos, llegaba la 3ª y última parte de la carrera, sería duro porque las fuerzas ya flaqueaban pero la ilusión esperaba que fuera la fuente de energía que necesitaba.

Ahora pequeña subida y bajada, y larga subida y bajada hasta Trient, íbamos a un ritmo lento pero intentaba que fuese continuo.

La noche era un poco más fría que la anterior, quizás también porque el cuerpo ya estaba más tocado.

A los lados veíamos a corredores sentados en piedras, apoyados en los palos… todos ellos con los ojos cerrados, entreabiertos… el cansancio ya hacía mella en todos nosotros.

Y llegamos a Trient después de una bajada muy poco agradecida, estábamos ya en el km 138.9, eran las 03.44 y este control cerraba a las 07.00, así que íbamos bastante bien todo y que seguíamos avanzando muy lentamente.

Aquí sí que volvía a necesitar cerrar los ojos y descansar, 10 minutos, prefería dormir que comer, aunque lo hice todo. Me alegraba que aún llevando ya 34 horas de carrera el estómago continuase admitiéndome comida.

Y ahora para mi llegaba la peor parte de la carrera porque se me hizo dura, muy dura, se cerraban los ojos literalmente, no era capaz de mantenerlos abiertos, me tropezaba con piedras, le dije a Toni que necesitaba sentarme en una piedra y volver a cerrar los ojos 5’ y él no dudó en pararse conmigo y esperar a que pasaran esos 5’ que yo tanto necesitaba.

Y seguíamos hacia arriba, esta parte era nueva, ya habían avisado días antes que esta parte de la carrera la cambiarían, la famosa interminable subida a Bovine, que me recordaba a mi amigo Patrick.

Llegando arriba, tuvimos que abrigarnos más aprovechando un fuego que había, la noche empezaba a irse y se notaba mucho frío, el viento nos acompañaba además de la niebla. 
Genial haber tocado techo, 2.034 metros, y empezaba la bajada, de nuevo Julián y Xavi con nosotros, el sueño seguía siendo intenso aunque empezase a clarear, incluso las fuerzas mentales me fallaban, estaba agotada, me tropezaba con cada piedra que había, no sabía qué hacer.




Se me hizo eterna la bajada… De nuevo los hijos de Alberto me provocaron esa sonrisa que tanto necesitaba para coger fuerzas.
Entramos en el avituallamiento, volvía a ser de día. Eran las 07.48, llevábamos 38h16’ y 150 quilómetros, sabía que quedaba muy poco pero también sabía que no sabía de dónde sacar las fuerzas.
Dormí de nuevo, esta vez 5’ que se volvieron a hacer eternos, me fueron genial! Desayuné y salimos, íbamos con tiempo de sobra pero tampoco quería apurar al máximo. 




Tocaba primero una ligera subida y luego ya la conocida Tête Aux Vents, las otras veces la había hecho de noche o amaneciendo, nunca tan de día. Estaba bastante nublado pero no llovía.




La gente seguía animándonos por el camino y costaba dejar escapar una sonrisa.
Pero para arriba, la ilusión empezaba a hacerme despertar, y poco a poco la 1ª subida suave hacia Col des Montets parece que fui recuperando fuerzas y en el momento que cogimos ya la subida de verdad empecé a recuperarme mejor, no subía rápido pero tampoco demasiado lenta, lo suficiente como para ir avanzando kms.



Veías gente muy tocada y otros que avanzaban veloces como si acabase de empezar la carrera.

Es una subida psicológicamente dura porque tiene bastantes escalones y nunca acabas de llegar arriba, siempre sigue habiendo una curva con una señal más arriba, hasta que por fin ves el cartel que pone “La Flégère” y ahora sí, te das cuenta se acerca el momento… el gran momento…




Empezamos a bajar, hacía bastante fresco por la neblina y el viento pero con el chaleco y la térmica era soportable, estaba lleno de barro y agua a pero ya daba igual mojarse o pringarse más, por el medio sin pensar, lo importante era bajar lo antes posible, estaba muy cansada pero había rebifado, quizás la ilusión o la sobredosis de cafeína que empezaba a hacer efecto a lo grande… Increíble cuando ya vi a lo lejos el control de La Flégère, quedaba una última subida pero no importaba, la ilusión me subía para arriba sin pensar. La gente seguía animando, ya en el control, eran las 11.51, quedaban apenas 7 quilómetros de dura bajada por el desgaste que llevábamos de piernas pero estaba hecho! 
Para celebrarlo y como tenía algo de hambre, me comí una bolsa de patatas que muy amablemente me dieron las personas del avituallamiento que sonreían al vernos. Recuerdo en mi primera CCC que en este control el médico me vio tan agotada que incluso dudó en dejarme continuar pero al final al ver mi cara de ilusión cedió.
En cambio este año, incluso llevando el doble de quilómetros, me encontraba mucho mejor.

Empezamos a bajar, sin prisa pero sin pausa, intenté trotar 1-2 quilómetros pero vi que no era una buena idea, tenía muchas molestias en el tibial derecho y tampoco iba a ganar mucho, así que ritmo de caminar rápido y ya está. Me sorprendía ver como corredores podían todavía bajar corriendo porque si aquí podían correr es que quizás podrían haber apretado más anteriormente y ya estar en meta, o que quizás habían tenido tiempo de dormir y recuperar algo.

Fuimos bajando, por el camino veías y amigos/familiares de corredores que les esperaban con una enorme sonrisa, yo ya visualizaba la meta, mis amigos, esas calles llenas de gente… Mientras bajaba veía a Toni delante de mío y pensaba lo gran amigo que era por cómo me había ayudado tanto aquí como en el desierto de Atacama, compañeros así es difícil de encontrar, quizás sólo en este mundo de la larga distancia? Y como años anteriores, me hizo muuucha ilusión que antes de llegar a tocar asfalto estuviese esperándome Andreu, uno de mis mejores amigos y compañero de mi vida de Ultratrails desde el principio, con quién comencé a correr larga distancia hace años, otros años había estado aquí con su familia animándome. Allí estaba con una sonrisa, el había abandonado en Lac Combal y me había ido siguiendo (mil gràcies Andreu!!).

Y estos últimos metros de bajada que tanto dolían, me acompañó, mientras me hablaba conseguía olvidarme del dolor del tibial… y pisamos asfalto! El gran momento estaba a punto de llegar, Andreu se fue para la salida y Toni y yo empezamos a disfrutar de nuestro momento, de esos gritos de felicitación y de ánimo, eran tan feliz en ese momento, quería vivirlo al máximo, exprimirlo, poner el stop y el repeat… A partir del río empezamos a correr con las fuerzas que nos quedaban, todo eran increíble, aplausos, gritos, voces y caras conocidas, nuestra imagen por la pantalla y nuestro nombre por el micro…. 






Cruzábamos  la meta del Ultra-Trail du Mont-Blanc, mi carrera, mi lugar… FELIZ! MUY FELIZ!! Después de 43 horas y 59 minutos.


Mis amigos de Chamonix, amigos de carreras, amigos de alrededor del mundo, compis de aventuras, compañeros de trabajo… todos estaban allí para felicitarme, para darme ese brazo y compartir mi alegría, y el momento que te dan el chaleco de Finisher, sabes que lo eres, que lo has conseguidos… fotos, risas, lágrimas… todo vale!

Tocaba ahora disfrutar del momento, sacar el móvil de la mochila después de casi 44 horas y compartirlo con la gente que querías, que aunque no estuvieran allí sabías que te habían estado apoyando desde la distancia.
Había quedado 1178 de la clasificación general de 1578 corredores que llegaron a meta (de 2.300 salidos). 31 de mi categoría y en el puesto 65 de 114 mujeres que llegaron a meta.

Mil gracias a todas esas personas que me ha ayudado a llegar hasta aquí y apoyado desde el principio y durante la prueba, y a los que no habéis podido estar allí pero sé que estabais en la distancia, a los que habéis compartido mi felicidad, GRACIAS!
Y como no a esas marcas que confían en mi sin ser una corredora élite (Diabalance, Salomon y Suunto, y también la colaboración de Salice y Lurbel) y a los medios de comunicación que creen que mis sueños son noticia, GRACIAS! Y a la persona que me ayuda en mi preparación física (Albert!) y al equipo de Fisiocam, gracias!


TO BE CONTINUED… ;)






Everest Base Camp (September 2012)