miércoles, 18 de marzo de 2020

7-8 marzo Transgrancanaria 128km 7.800 metros positivos (sólo 95km...)

Llegaba a Las Palmas con mezcla de sensaciones. Inseguridad de saber si estaba recuperada de la Rovaniemi de hace tres semanas a nivel mental y físico, ilusión por ganas de ver a mi gran amiga Elena y emoción por volverme a poner un dorsal aquí por cuarto año.

Por delante 128 quilómetros y 7.800 metros de desnivel positivo. Genial porqué igual que el último año que la hice, la carrera salía de la playa de Las Canteras, cinco minutos caminando de casa de mi amiga. Viernes, a las 23h. Por delante, 30 horas para conseguirlo.

Jueves llegué a la isla por la mañana, relax y por la tarde como siempre a recoger el dorsal a Expomeloneras con mi amiga y su pareja, y luego a cenar allí al lado a un italiano que nos encanta y vamos cada año que he ido a la carrera.




Ya viernes a despertarse sin despertador, a pasear por la playa y meter las piernas en el agua del mar que va genial y ya siesta después de comer y luego a preparar la mochila y relax. Y ya sobre 20.45h a ponerse el “traje de noche”, cenita, últimos preparativos y tranquilamente hacia la salida.




Con mi gran amiga Elena

Después de 13 años compitiendo, los mismos nervios. Risas, fotos, abrazos y a colocarse en el cajón de salida con la gran voz del amigo Depa amenizando la jornada.
3, 2, 1.... A correr! Para mí fatal jeje... Prefería cuando antes salía des del faro y ya a subir. Los llanos y las ansias de la gente hacían estas salidas agónicas. Suerte que este año por la marea el tramo de playa fue más corto y el resto a lo largo del paseo marítimo, que aunque también era agobiante por el ritmo en el asfalto, al menos no te hundías y la gente iba animando. Y ya al salir del paseo se hizo la tranquilidad. Por fin, subida en pista y sólo los corredores en tramo ancho que permitía a cada corredor coger su ritmo sin obstáculos.





Una noche tranquila, buena temperatura, y a disfrutar.

Me encontraba genial e iba haciendo. Subida, bajada… Y vuelta a empezar.

Llegué a Arucas (km 16.5), primer avituallamiento, con casi 1 hora de margen, así que bien. Comí algo, rellené agua y salí. Prefería no perder tiempo que luego pudiese necesitar.

Y ya de camino al siguiente control justo tenía un hombre delante que llevaba mi ritmo así que fue genial durante unos quilómetros al menos notar la presencia de alguien para que la noche pasase más rápido. Se notaba que había descansado bien los días antes porqué en ningún momento noté la sensación de sueño. 





Ya llegar a Teror (km 27.5) se hizo largo, parecía que no llegaba. Aunque las subidas iba bien, a buen ritmo y no se me hacían pesadas. Llegué 50 minutos antes del corte. Lo mismo, comer algo y salir, sin perder mucho tiempo.

Ya quedaban pocas horas de noche. A ratos pensaba en los primeros, que seguramente ya habrían cruzado el meridiano de la carrera. Realmente qué fuertes están… Y qué floja estoy yo jeje… Tengo un vago recuerdo de este tramo pero lo que sí recuerdo es que me encontraba bien. Me daba cuenta que habían muchos extranjeros. De hecho en el siguiente control los voluntarios me dijeron que suerte de hablar con alguien en castellano. La temperatura seguía bastante controlada, hacía fresco a ratos pero con lo que llevaba iba bien.

Y llegué al siguiente control, Moya – Fontanales (km 39.5), un minuto antes de las 7h y con 40 minutos sobre el corte. Ya hacía rato que estaba amaneciendo con lo cuál, saqué la gorra, guardé el frontal, rellené agua, comí algo, y a tirar. Salí tan rápido que me dejé los bidones que había rellenado y tuve que volver, suerte que me di cuenta muy rápido jeje… 

Mientras me iba recolocando todo por el pueblo iba detrás de los corredores que iban delante de mi y de repente escuché una chica que decía que nos habíamos perdido porqué no había marca. Total, a retroceder, por suerte fue muy poco, pero de ahí a lo de no seguir a nadie, sólo a las marcas, cualquier despiste lo puedes pagar caro. Hacer quilómetros de más y perder minutos no agrada ni beneficia a nadie.

Para variar, tocaba subida, una larga bajada, y luego subida otra vez. Este próximo avituallamiento tardó muuuuucho en llegar. Y empecé a preocuparme del tiempo de corte porqué no me quería comer el margen que llevaba. Finalmente llegué con 45 minutos sobre el corte. Lo mismo, unos escasos minutos para comer, beber y salir. Se empezaban a ver ya abandonos.

Esta parte que venía ahora era muy bonita. Bosques verdes, vegetación, vistas chulas. La disfruté muuucho. Iba lo más rápido que podía, y pensaba que no iba mal, aunque más tarde me di cuenta que no iba tan bien como me pensaba...




El momento de risa fue cuando un corredor que sería de un país de Sudamérica pero no sé decir de cuál, y que por la noche habíamos coincidió, me preguntó si quedaba mucha subida. Ya le dije que esto no había hecho más que empezar jeje… 

Se presentía un día caluroso. Aproveché para ponerme crema del sol. Y fui haciendo. El próximo avituallamiento era Artenara y allí ya estaría mi amiga Elena esperándome. Genial un poco de apoyo psicológico!! Tenía por delante una larga subida, luego sube-baja y subida. Fui haciendo, disfrutando pero sin perder tiempo. De estómago iba bien y niveles azúcar también, así que genial. Este tramo pasaba por pequeños núcleos de población, dónde también se veía a turistas, increíble! Porqué era rincones perdidos.

Y por fin, llegué a Artenara, km. 63, con 45 minutos sobre el corte. Genial ver allí a Elena, me senté unos segundos. Aproveché que Elena me traía Aquarius, y me tomé también yogurt líquido. Y ya tiré. Le dejé a Elena algo de comida porqué llevaba demasiadas cosas y no las iba a necesitar seguro y tenía que llegar al siguiente controlo lo antes posible y aligerar la mochila me iría bien. En la salida la noche anterior la gente iba con minimochilas y yo super cargada...




No era tonta y sabía que iba tarde aunque mi sensación era de ir a buen ritmo. Era extraño.

Más corredores abandonaban en este control.

Salí con ganas y los ánimos de mi amiga Elena pero preocupada por el tiempo. Este tramo no fue fácil y se hizo largo. El calor apretaba mucho ya. Venía larga subida y larga bajada. 

Intenté ir lo más rápido que podía pero no era fácil. El cuerpo daba lo que daba. Veías gente ya muy agotada. Ya cuando estaba en la parte de bajada me volví a encontrar con este hombre que por la noche llevaba mi ritmo y empezamos a hablar porqué le dije que subiese un poco el ritmo ya que íbamos justos para llegar a Tejeda por lo que nos quedaba después. Era vasco. Me dijo que iba rallado porqué en su GPS le daban más quilómetros de los que decía la organización. Cuando le escuché me cuadró porqué no íbamos mal de ritmo pero tampoco podíamos hacer nada en ese momento por mucha rabia que nos diese. Se veía un hombre vasco y fuerte y con experiencia, así que creía de sobras lo que me decía. No nos quedaba mucho para llegar a Tejeda bajo un enorme calor. Me dijo que él ya plegaba porqué pasaba de ir así. Yo por dentro sólo pensaba que iba a llegar casi 1 hora y 25 minutos más tarde que la última vez…. Qué bajón. 

Llegué a veinte minutos del cierre, al menos había más corredores como yo. Mi amiga Elena animándome y ayudándome en todo. Estaba muy desanimada pero intenté comer algo. Y decidí intentarlo. Había voluntarios que me animaron también. Y salí, consciente que tenía por delante una larga subida que ya conocía al Roque Nublo, siempre es la parte que se me hace más dura. 

Y fui haciendo, iba cansada, lenta pero iba haciendo. Realmente era una subida bonita. Al cabo del rato vi a un chico con un ritmo fresco detrás de mí. Era el escoba, la verdad que me animó mucho y me ayudó a desconnectar del agobio. Y se quedó con otros corredores que pasé y  conseguí llegar al Roque Nublo cinco minutos antes que el cierre. Qué pena, ni una foto pude hacer.

Y ya bajada a Garañón lo más rápido que pude y fui pasando a gente. Y la subida intenté ir rápido con vistas super bonitas del atardecer sobre el Roque Nublo. Llegué a Garañón unos 10 minutos más tarde de la hora que cerraban pero como allí no había tiempo de corte la organización no me podía parar así que decidí seguir adelante. 




Allí también abandonó mucha gente pero yo lo quise intentar. Se animó a seguir un corredor de Mallorca, Pep, un hombre mayor y fuerte. En ese momento me encontraba genial. A diferencia de otros años que hacía mucho frío en Garañón, este año se estaba bastante bien. Como no, mi amiga Elena allí animándome y ayudándome en todo. 
Y ya salí, con el frontal preparado porqué en breve haría falta. Venían más corredores detrás así que no éramos los últimos.

Fui haciendo con Pep detrás. Íbamos a buen ritmo camino del siguiente control pero la bajada de piedras hacía Hierbahuerto se empezó a atragantar, el bajo ánimo, el dolor de pies y rodilla, el cansancio… Íbamos Pep y yo, y un poco más atrás el escoba canario con una pareja de canarios que decían que íbamos justo y ya no llegábamos seguro al siguiente. Me fui desanimando. 

El escoba dijo que cuando llegásemos a la carretera había un coche de la organización por si queríamos abandonar, dijo también que ya íbamos justos. Pep lo quería intentar. Nos quedaban 6km y 1h15’, era factible, en bajada y llano pero no sé todavía porqué me dejé llevar y decidí tirar la toalla y no intentarlo. Pep al final también desistió y junto con la pareja de canarios abandonamos sin lucharlo. Una pena todo el machaque y sufrimiento para nada. Quedaban apenas unos 35km y el desnivel positvo estaba práctivamente todo hecho ya. Pero bueno, había sido un buen entreno...

En momentos así todo se te viene abajo pero has de ver el lado positivo, no me había lesionado, la diabetes genial y me llevaba casi 100 quilómetors y 7.800 metros positios para casa. En la balanza del lado negativo me pesaba el pensar si ya no estaba hecho para estas carreras que cada vez ponían tiempos de corte más ajustados y no podias llegar sinó era un “runner”. Pero bueno, ya la había acabado 3 años anteriormente, así que por uno que no tampoco era un drama… 

Sí que me chafó un poco más al abrir el móvil y ver un mensaje de Alfonso de Territorio Trail que debido al Coronavirus habían pospuesto la Marathon des Sables para finales de septiembre, y yo con todo comprado y preparado…

TO BE CONTINUED.


Everest Base Camp (September 2012)