martes, 7 de agosto de 2018

4-5 agosto 2018 Ultra Naut-Aran (Salardú) 87km 5.600m positivos

Siempre hay alguna carrera de la temporada que por un motivo u otro no sale 100%, ésta “ha sido” la de este año.

Pero antes de volver a ponerme un dorsal, y después del Elbrus, alguna escapada de montaña:


28 de julio, entrenando por Peña Oroel 







28 de julio, subir a dormir con la tienda para intentar hacer la cresta de Diablos al día siguiente pero no pudo se por mal tiempo aunque disfrutamos igual!














Y ya para Salardú...

Este mes de agosto por trabajo sólo tenía libre este primer fin de semana de mes, y como julio fui al Elbrus y ya no me puse un dorsal y tenía ganas de mover un poco las piernas, miré qué opciones había para este fin de semana y estaba entre dos. Y al final elegí ésta y lo comenté con el grupo de amigos que corren a ver quién se animaba y se apuntaron Roque y Josep.

La previsión de meteo iba en la línea de calor intenso de estos días y con algo de riesgo de agua.
La información en la web estaba bastante bien hasta que enviaron a principios de la semana de la carrera la “Guía del corredor” por email, y Roque me dijo que se había dado cuenta que había cosas de los cuadros de tiempo que no cuadraban y lo había comentado con el director de la carrera y le había dicho que tenía razón. Mal empezábamos si a una semana de la carrera los tiempos y distancias no están claros.

El día antes vuelven a enviar la Guía con cambios en los tiempos y quilómetraje.
Llegamos a Salardú el viernes sobre las 17h de la tarde, era el punto de salida de la carrera. Ya había estado allí esquiando anteriormente.

Dejamos todo en el hotel y nos fuimos a recoger el dorsal. Genial encontrarme allí a mi gran amigo David Carrasco, un crack de los Ultras. De hecho había estado el fin de semana pasado haciendo el Ultra Valls d’Àneu y esta semana volvía a ésta porque estaba acumulando volumen para el Tor des Geants.

A las 19h fuimos al briefing  y allí me di cuenta del “caos organizativo”. De todas las carreras que llevo haciendo de larga distancia hace 12 años, esta era la segunda vez que tenía ganas de levantarme e irme. Durante casi 25’ el director de carrera estuvo explicándonos “su vida”, que llevaba dos años sin poder trabajar porque la carrera le quitaba mucho tiempo, que el año que viene quería ganar dinero con la carrera porque hasta ahora nada, que la carrera era para ayudar a una ONG… etc etc…

Hay muchas maneras de vender una carrera pero esa no era la mejor, ni la manera de enfocarlo, ni las formas, ni el tono de voz. La gente va a un briefing con el objetivo de tener la información necesaria para la carrera de forma rápida para irse a dormir lo antes posible. Cuando empezó a hablar de la carrera fue peor todavía por el baile de cifras, de quilómetros, controles, etc. Realmente era para ponerse las manos en la cabeza como la gente se lanza hoy en día a organizar una carrera sin la experiencia necesaria, todo y decirnos que él tenía experiencia como corredor.

La distancia Ultra que era la nuestra empezaba a las 6h de la mañana, poco ambiente en la salida porque éramos apenas 71 corredores. Había control de material de Goretex y manta térmica, algo acertado.

En la línea de salida fue un placer reencontrarme con amigos de carreras.

Mi objetivo era hacer un buen entreno, no era carrera objetivo, con lo cuál los nervios no eran los mismos que en otras líneas de salida los minutos antes que el crono empezase a contar.

Y 3, 2,1… A la carrera! Así es como salió todo el mundo y poco a poco nos fuimos quedando los últimos. Hace unos años que las salidas de los Ultras son a ritmo de 10.000 y no tiene sentido si no eres de los que van a ganar, porque lo das todo las primeras horas y luego te fundes y no ha servido de nada.

Así que a buen ritmo fuimos subiendo y empezando a ver que la carrera sería espectacular de paisajes, y que sería dura, muy dura. Terreno puro de alta montaña. La temperatura era perfecta.
Al ir subiendo por las pistas de Baqueira y ver los telesillas me vinieron unas ganas enormes de ponerme los esquís :))





A partir de ahí el terreno empezó ya a complicarse y a la vez a hacerse cada vez más increíblemente bonito. Fuimos haciendo, por subidas infinitas y bajadas de locura. La meteo se mantenía y tampoco apretaba.





Nos empezamos a dar cuenta que los tiempos de corte no estaban bien indicados y que los voluntarios de los controles tampoco tenían la información necesaria porque al salir de un control nos enviaron para la izquierda, después de un rato nos empezaron a chillar que era para arriba y luego rectificaron para decirnos que estaba bien… Y no sabían los corredores que quedaban detrás, ni en el quilómetro que estaba situado el control… De hecho no era culpa suya, sinó de una mala organización por parte de la dirección de carrera.

Al llegar al Lago de Montoliu fue espectacular, una zona preciosa.





Allí vimos que las vacas tenían “hambre” y se habían comido bastante parte de la señalización como en otras zonas de la carrera.



Luego nos enteramos que habían marcado la carrera hacía 3 días, y cuando haces una carrera has de revisar de nuevo el marcaje pocas horas antes de que pasen los corredores porque pueden desaparecer marcas por cualquier motivo y es de las peores cosas que le pueden pasar a un corredor durante una carrera.
Al empezar a subir pasamos por unas antiguas minas, la verdad que muy bonito pasar por los túneles.







Y luego ya la dura subida al Tuc de Mauberme (2.880), era un tramo de ida y vuelta y nos empezamos a cruzar corredores que ja bajaban. Fue una subida dura y técnica, con algún tramo expuesto, menos mal que las nubes aguantaron y nos libramos de mojarnos porque pasar por allí con agua no era de los más aconsejable. Una vez arriba, foto rápida y para bajo con mucho cuidado de dónde poníamos los pies.





Y ya para variar bajada campo a través y de nuevo tocaba volver a subir al Tuc dera Pincèla (2.535m), las piernas empezaban a notar ya el cansancio porque el llano no existía, o subías o bajabas a fondo.





La bajada a Arties (km. 57.3) se hizo dura también y llegamos por pelos al control a penas 5’ sobre el cierre (21.55). Ya allí teníamos nuestra bolsa de vida con material pero entre los nervios por salir por la hora y el cansancio yo prácticamente no cogí nada ni hice lo que tenía que hacer. Roque tenía ganas de plegar pero yo tenía claro que iba a continuar y él al final se animó también.
Desmotivaba bastante mirar el GPS y ver que te marcaba más kms que los que te decía la carrera, un descontrol total de organización.

Nos pusimos frontal y de nuevo a subir hasta la Cabana de Pruedo, más de 900 metros positivos por delante que en ese momento se hacían duros de gestionar mentalmente.

Tuvimos suerte que los “escoba” venían detrás ya porque había habido muchos abandonos y era una pareja de argentinos muy majos y al ir hablando la dureza de la subida se relajó. Llegamos sobre las 1h de la madrugada al control de la Cabana (km 66.2), era tarde para intentar llegar al siguiente pero yo lo quería intentar. Roque decidió abandonar y yo seguí con los escoba.
Antes de salir me abrigué porque hacía frío (qué placer después de todo el calor volver sentir frío!!)
Aquí me empezó a entrar un poco el sueño y el cansancio hizo mella pero no me rendía. Tocaba un poco de subida por campo a través, luego pista, y una bajada técnica que nos hizo perder mucho tiempo.

Llegué al último control antes de meta (Banhs de Tredòs km.75’3), fuera de control, cerraban a las 3h y llegué 3.35h, me dijeron que podía seguir bajo mi responsabilidad si quería acabar la carrera, dije que sí y continué.

Pregunté que quedaba de camino y si el marcaje continuaba bien y el director de carrera que estaba allí me dijo que sí, así que decidí fiarme y a continuar!

Subida, subida, primero por pista y luego por sendero, al ir sin estrés ya era más cómoda, y acompañado por la luz de mi frontal y el silencio de la noche en la montaña.

Luego vino llano con mucho niebla que fue la peor parte porque costaba mucho ver las marcas y no me apetecía nada perderme. Y luego  ya laaaaaaaarga bajada hasta meta, primero por sendero muy picado, con algunos resbalones incluidos, y luego ya larga pista. Y cuál fue mi sorpresa que llegué a unos metros de la línea de meta con tiempo para entrar de sobras (23h 54’) y el tope eran 24h pero como estaba descalificada ya no quise intentarlo, me sentí igualmente muy feliz de haberlo conseguido por la dureza de la prueba y porque sólo habían podido acabar 45, a penas la mitad de los que salieron.

Así que objetivo cumplido, muy  buen entreno!!! Y con paisajes espectaculares y genial compartirlo con amigos!



Este año no tengo dorsal para correr en Chamonix alguna de las pruebas del UTMB y después de 8 años corriendo allí lo echaré de menos pero habrán otros sueños por cumplir :)


Everest Base Camp (September 2012)