lunes, 1 de abril de 2019

3-9 marzo 2019 Racing The Planet New Zealand 250km 8.900m positivos 7 etapas 6 días

Ya en el avión de vuelta miro por la ventana y me despido de Nueva Zelanda, un increíble paraíso, incluso el aeropuerto está rodeado de bonitas montañas.

Al llegar el primer día a Wanaka ya a última hora de la tarde después de dos días de viaje y con un jet lag de 12 horas, ducha y a dormir pero ya al día siguiente que tenía descanso aproveché por la mañana para visitar Wanaka y comprar un par de cosas que necesitaba de comida para la carrera. Y enseguida me  pareció un sitio diferente, increíble, donde aparentemente para mi gusto todo era idílico, perfecto. Todo era verde, rodeado de montañas, parques y paseos inmensos, al pie del lago. Tranquilidad, sin edificios de viviendas, sólo casas bajas de diseño, incluso de lujo, ambiente de deporte. Tiendas de material de montaña, de comida sana y natural, gente muy amable, patos y peces increíbles libremente por el lago, gente corriendo, paseando, en bici, en parapente, en tabla de paddle surf, con mochilas de trekking...
Todo bien señalizado y explicado, parecía que se podía ir andando a cualquier sitio.




También los típicos campos de rugby (Haka!)
Y por las calles las rancheras que me encantan y 4x4 chulísimos. Y el lenguaje autóctono me recordaba al hawaiano de cuando estuve allí, qué buen rollo! 

Y después de una mañana por allí haciendo un poco de turismo y comprando algunas cosas que necesitaba de comida para antes de empezar la carrera me fui para el hotel a preparar la mochila porqué al día siguiente a primera hora ya teníamos que estar en el pueblo, en un centro de conferencias. A las 9h era el briefing de la carrera y luego revisión de material, comida y esperar al bus que nos llevaría al campamento.

Los corredores estábamos divididos en 3 hoteles y ya había ambientazo a tope precompetición, todo el mundo con dudas de material, de la carrera... Había corredores expertos de otras pruebas por etapas y también aquellos que por primera vez se aventuraban en una competición de este tipo.
Para mi era mi 11a carrera por etapas, la 7a con Racing The Planet pero siempre tienes dudas, y la misma emoción e ilusión del primer día.
Según el último email de la organización éramos 186 corredores de 34 países aunque luego acabamos saliendo menos.

Compartía habitación la noche antes de la carrera con una corredora inglesa muy maja de mi edad, para ella era su primera carrera por etapas pero se la veía muy espabilada.

Ya al levantarme por la mañana "última ducha" antes de 8 días sin poderlo hacer, buen desayuno, "forrarme" espalda, hombros y pies para evitar heridas, acabar de cerrar maleta, despedirte de la gente que quieres y cerrar el móvil que se queda en el hotel con tu maleta, y al bus para el briefing y los demás trámites. 




Al llegar al "Wanaka Lake Center" había un gran ambientazo de corredores y staff, un placer volver a ver muchas caras conocidas entre staff, médicos, voluntarios, media y participantes.

Como siempre en Racing The Planet fallan pocos detalles, todo está controlado. Después del briefing ya me encontré con Fran, corredor mexicano pero que vivía en Menorca.
Pasamos los trámites de siempre, control médico, de material, y entrega de chip y dorsales. El momento que te pesan la mochila sería como el emoji de la carita con la gota sudando... La mía pesaba 15kg sin agua... De las más pesadas  

Esta vez para comer en vez de picnic fue comida sentados y luego ya para los buses que después de casi 2 horas nos dejaron el campamento.

En un sitio precioso, las tiendas se veían muy bien.
Fran (el corredor mexicano) y yo estábamos  en la tienda 4 que se llamaba Haka así que muy buen rollo :) En la tienda también estaban Gregg de USA y amigo de Deyl, Cherrie de Hong Kong y Zheng Yang de Singapur, con quién ya nos conocimos en Patagonia.





Esa noche la cena todavía era "no liofilizada", igual que el desayuno del día siguiente, últimos momentos donde sobra la comida jeje... Los próximos días ya soñaremos con lo que hoy no nos entraba jeje

Antes de dormir volver a revisar mochila y ya primera noche de volver a dormir en saco y con los compañeros de carrera. Ya se notaba que por la tarde al irse el sol la temperatura descendía bastante.

Y domingo 3 de marzo primera etapa, los nervios son diferentes a un "Ultratrail", aquí el reloj importa poco, los tiempos de corte no son tan importantes. Hay otras cosas que tienen más relevancia como el peso de la mochila, dosificarte la poca comida que dispones, el cuidado de los pies, las quemaduras del sol... Cualquier pequeña tontería puede ser muy relevante.

La primera etapa eran  42,6km y 1.917mm de desnivel positivo.
La temperatura matinal era bastante fría pero parecía que en breve el sol empezaría a calentar.
Caras de emoción, de nervios, risas, abrazos... Todos estábamos en la línea de salida con un objetivo, el mío, cumplir otro sueño, vivir otra aventura de vida, deportiva, personal, cultural... Conocer un nuevo lugar, nuevas personas que te enriquecen dónde tu bandera no importa, todos somos iguales en la línea de salida. 
Son días donde el momento se vive intensamente, el resto de cosas de tu vida pasan a un segundo lugar. Las prioridades también cambian, valoras más las cosas importantes de la vida. Comer, beber, descansar, el dolor, el esfuerzo, la fortaleza mental... Son temas prioritarios.
El hecho de no tener el móvil también te ayuda a vivir más el presente
Lo que si echas de menos mucho y es una necesidad importante es el amor de las personas que quieres.
De aquí la ilusión que hace cada día al acabar la etapa ir a la Cybertent a leer los mensajes que te habían enviado, es la mejor gasolina :))

3, 2, 1.... Empieza la aventura! Los primeros quilómetros parecía que la mochila era llevable pero enseguida me di cuenta que volvería una carrera más a hacerme sufrir, y mucho. Me encanta el desnivel positivo, subir y subir, pero con los 16.5kg y medio de la mochila era una locura, imposible llevar buen ritmo. Y cuando el terreno empezó a ponerse más técnico, más resbaladizo, se me iban las piernas, complicado guardar el equilibrio con tanto peso. Recuerdo sobretodo unos cuántos quilómetros por un sendero estrecho al lado de un canal, muy resbaladizo dónde al menos gracias a los palos evité caerme varias veces.
Aunque la "brisa" ayudó, hizo mucho calor. Iba bebiendo agua con sales para evitar cualquier posibilidad de deshidratación. 




Me dolía tanto la parte izquierda de la espalda que como en otras carreras por etapas iba cambiando la posición de la mochila para durante unos segundos al menos dejar de sentir ese dolor insoportable que ni con la ayuda de paracetamol podía aliviar. Me ayudaba de los palos, las tiras de la mochila... Pequeñas estrategias que había ido aprendiendo en cada carrera.

La etapa se estaba haciendo larga y dura, y después de una larga bajada con un sol que quemaba como parecía ser habitual allí, llegué al campamento. Miré el reloj y me di cuenta que era más tarde de lo habitual para mi ritmo, lo que significaba que la etapa había sido difícil, mucho más de lo que normalmente suele ser esta primera etapa.

La sorpresa fue cuando hubo mucha gente que llegó fuera de tiempo al campamento, y unos 30 abandonos, nada habitual en las carreras organizadas por Racing The Planet, que la primera etapa deje fuera a tanta gente.
Gregg, de nuestra tienda, salió muy fuerte pero el calor le afectó mucho y seguramente una mala hidratación, y nada más llegar fue a la "Medical Tent", dónde se pasó un par de horas vomitando.

El campamento estaba situado en una esplanada de hierba muy bonita, con un pequeño riachuelo dónde pudimos aprovechar para remojar un poco la ropa y refrescarnos, algo muy de agradecer.





A la mañana siguiente, volvíamos a salir a las 8h, 2 etapa con 41.6 quilómetros y 2.440 metros de desnivel positivo. El briefing era como siempre a las 7.30h, ese segundo día ya tienes más cogida la rutina de tareas cuando te levantas (vestirte, recoger saco y colchón, volver a colocar todo en la mochila, la cola del agua caliente para desayunar, tomar las sales precarrera, "arreglar" los pies, lavarte los dientes, la colara para rellenar los bidones, la cola para el lavabo, ponerte la crema del sol, atarte bien las zapatillas, abrir palos, gorra, gafas de sol, dorsal, buscar a los "sweeppers" para que te activen el chip de la carrera (personas de la organización que se encargan cada día antes de empezar la etapa de borrar los datos de los chips de los corredores y activarlos para la etapa del día con unos pequeños sensores que llevan), poner sales en alguno de los 2 bidones... Y alguna tarea más que forman parte del protocolo de cada día.




En el briefing dijeron que los corredores que el día anterior en la primera etapa habían llegado fuera de tiempo podrían volver a salir sin estar descalificados pero en esta segunda etapa dijeron que ya no lo permitirían.

Aunque como siempre la mañana al salir en la tienda era fría parecía que volvería a ser un día de calor. Aunque me dolía la espalda parecía que al menos el descanso de la noche me había ayudado.

Y de nuevo volvería a ser una etapa nada fácil, incluso acabaría siendo más dura que el día anterior. El peso de la mochila continuó siendo horrible, un poco menos de comida llevaba pero seguía siendo una locura aunque al menos no sé si sería porqué parecía haberme acostumbrado un poco pero al menos no parecía perder el equilibrio.





Esta vez ya para el tramo final del CP4 a meta ya volvería a mi estrategia de ponerme el MP3, y me dio mucha energía para afrontar este último tramo que era todo con desnivel positivo por unas pistas de esquí hasta llegar al punto más alto de la estación que estaba a 1.522m.
Se notaba en las caras de los corredores que había vuelto a ser una etapa dura. Yo llegué de nuevo mucho más tarde de lo habitual. Y en cuánto me cambié y comí algo me fui a la "Cibertent", necesitaba los mensajes de apoyo para cargar pilas después de dos días agotadores.

Volvieron a llegar corredores fuera de tiempo que ya quedaron descalificados. 
La altura del campamento hizo que nos tuviésemos que abrigar mucho antes y se presumía una noche fría. Ese día no teníamos río al lado para remojarnos nosotros y la ropa aunque con lo tarde que era y el frío que hacía tampoco se hubiese secado.

Nos despertamos para la tercera etapa con un cielo gris, yo por si un caso metí todo dentro de la bolsa impermeable porque había probabilidad de lluvia.
Ese día subíamos al punto más alto de la prueba (1.903m) y ya nos habían avisado que habría mucho viento arriba.
En el briefing de las 7.30am Sam (CEO de la organización) nos dijo que la etapa quedaría reducida de 43km a 34 para compensar la dureza de los dos primeros días aunque manteniendo el desnivel positivo (1.654m).

Tenía pinta de ser una etapa chula de aventura y así fue. Cuando empezamos a subir el viento empezó a ir "in crescendo" y la temperatura a bajar, había mucha niebla y a penas se veían las "Pink Flags", las banderas rosas que marcaban el camino. Aunque prefería no parar no me quedó más remedio porqué con el frío y el viento la temperatura había bajado mucho, casi no podía ni abrir la mochila por el viento ni ponerme la chaqueta. Las manos a penas las sentía por el frío pero me equivoqué y dejé los guantes a bajo del todo de la mochila y para no tener que parar más me puse unas bolsas de plástico que tenía a mano, antiguo remedio que aprendí hace años y algo me sirvió.








Iba a muy buen ritmo, no era para nada una situación extraña que no hubiese vivido antes así que me encantó.
Ese día la mochila seguía pesando aunque por suerte un poco menos que el día anterior.  Al empezar a bajar la niebla fue desapareciendo y se abrió un paisaje espectacular, vistas increíbles. Ya en el check-point aunque hacía fresco me quité el Goretex porqué seguíamos bajando más y se empezaría a notar el calor.




Después de toda esa parte de condiciones de alta montaña, ahora que regresaba "la calma", las sensaciones de dolor de la mochila volvían a estar muy presentes.

Pero llegué al campamento bastante más pronto que los días anteriores y muy contenta. A pesar del frío de la primera parte de la etapa de la mañana hacía ahora mucho calor y habíamos sudado mucho así que fue genial tener al lado un río chulo para refrescarnos y aclarar la ropa. El río casi no tenía profundidad pero fue genial para meterme dentro y estirarme, el agua estaba fría pero fue genial. Además como estábamos bajos el calor aguantó hasta que se fue el sol y las sensaciones para relajarnos eran más agradables y también al menos poder secar un poco la ropa. Esa noche ya seríamos uno menos en la tienda porqué Zheng Yang después de plegar en la segunda etapa había abandonado el campamento y se había ido para Queenstown, con lo que era la segunda persona de la tienda que plegaba, quedábamos cuatro.

La cuarta etapa tenía 37.4 quilómetros y 2.347m positivos, podría parecer muy "light" pero con el tute que ya llevábamos y lo que todavía quedaba no iba a ser fácil. 
Empezó la etapa con una previsión de tiempo buena y todo hacía arriba sin descanso. Como cada etapa veías a gente que salía muy rápido y luego incluso antes de llegar al CP1 ya iban agotados. El paisaje era muy bonito, yo decidí ir poco a poco con buenas sensaciones y sin forzar pensando en guardar fuerzas para el día siguiente que era la etapa larga. 





Ese día ya se notaba que la mochila iba con menos peso aunque nos obligaron a salir con 1 litro más de agua porqué arriba los voluntarios no podrían subirla, con lo cuál no se valoraba tanto la diferencia. 
El camino se estrechó en un sendero y las vistas al llegar arriba fueron increíbles, seguramente las más bonitas de toda la carrera. 










Y parecía que de momento la subida se tranquilizaba y empezó un tramo relativamente técnico, unos pocos metros dónde algunos corredores lo pasaron mal, de echo había dos personas del staff médico para ayudar a los corredores que lo necesitasen. Una corredora que iba delante mío se quedó bloqueada, se puso a llorar y a decir que no podía pasar. Al final con la ayuda de los médicos que le cogieron la mochila y se pusieron uno delante y otro detrás la chica al final pasó y se liberó el tapón.
Seguimos subiendo, parecía que no se acaba nunca y escuchaba detrás mío a la gente quejarse.
Al llegar arriba del Roy's Peak las vistas seguían siendo espectaculares. 





Y ahora venía una larga bajada muy llena de turistas que nos miraban con cara de sorpresa, el calor era terrible, el sol allí era realmente fuerte y la sensación de bochorno increíble.
Me encontraba bien a pesar del calor y de la mochila así que cogí un buen ritmo de bajada sin correr para no forzar las piernas.
Era genial porque durante todas las etapas nos íbamos cruzando los corredores que íbamos al mismo ritmo. Entre ellos con el equipo de Rescate de Nueva Zelanda que competían como equipo: Nico, Conrad y Marie. Y casualidades de la vida, a Conrad le llevé un libro que había escrito mi amigo Enric Subirats sobre Urgencias de Medicina de Montaña y que le tenía que entregar a una colega médico suya.
Y ya llegamos al campamento, esta vez una esplanada de hierba color tierra muy alta y con un encanto especial y con vistas muy chulas. Sin agua para remojarnos pero al hacer viento pudimos colgar la ropa un poco y se aireó.







Y ya a preparar todo para el día siguiente, la "long march", una etapa que a muchos les da respeto, miedo, por la distancia, por la noche, pero a mi me encanta y se me suele dar muy bien. Tendría en principio 76km y 2.329m de desnivel positivo.
Antes de empezar la carrera parecía que podría a ver algo de lluvia para el viernes según la previsión pero todo había cambiado, y se había adelantado para el jueves así que tendríamos que contar logísticamente con la lluvia para organizar todo.

Y ya llegó  "gran día". 







Las primeras dos horas el tiempo aguantó pero luego empezó poco a poco una ligera lluvia que pasó a ser una lluvia consistente, paré a poner la funda de la mochila en el CP2 y ya me puse la chaqueta Goretex porqué ya hacía un rato que con el viento tenía frío y ahora empezábamos a subir hasta 1.500m pero al rato de empezar a subir el viento paró y empezó un fuerte bochorno y al final paré a quitarme la chaqueta pero no duró mucho esta sensación de calor y al poco de nuevo el viento se hizo presente de nuevo y me volví a poner la chaqueta y ahora seguro que no me la volvería a sacar hasta el final de la etapa.




A partir de aquí todo iría a peor, meteo, cambios de recorrido, logística de los Check Points... Todo y estar bajando ahora el frío no cesaba, aun así me encontraba genial. Llegamos al CP3 con lluvia, viento y frío. El Check-Point era un descontrol, la gente no cabía y era imposible cambiarte o sacar algo de la mochila. Me miré el azúcar como pude en un control y medio mojada me fui rápido, aun así, ese poco rato que paré fue suficiente para coger frío que ya no fui capaz de quitarme.





Como el río se había desbordado habían cambiado el recorrido sobre la marcha y ahora teníamos que ir al CP4 y volver por el mismo camino al CP5 (que era el CP3 también), todo por una pista ancha, a ratos con tierra o arena, y piedras. Y cruzando ríos que a la ida más o menos se podían sortear mojándote poco pero a la vuelta con la lluvia las piedras para saltar o las laderas estaban tapadas por el aumento del caudal y te tocaba mojarte sí o sí. Tenía taaanto frío camino del CP4... Deseaba que el camino se inclinase para cansarme y coger calor, incluso intenté trotar, la lluvia y el viento no cesaban.
Te ibas cruzando ya a los primeros corredores que ya volvían pero resultó que ellos incluso había ido mucho más allá del CP4, de hecho se llegaron a perder porqué la organización tampoco aclaró muy bien el camino según explicaron ellos al día siguiente.

Llegué finalmente al CP4 helada y medio tiritando, y sólo tenía en la cabeza ponerme el poncho y los pantalones de lluvia para coger calor. Ambas cosas que siempre van en la mochila para una situación de emergencia y acabas sin utilizar, de hecho pensé incluso que sinó era suficiente me pondría alrededor del cuerpo la "survival biyvy back" porque evidentemente no quería sacar ni la camiseta térmica ni el primaloft, ya que ambas cosas eran para ponerme secas al llegar al campamento.
El CP4 volvía a ser una locura, lleno de gente, con prácticamente sin espacio para meterte dentro y cambiarte sin mojarte y no coger todavía más frío.
Como pude me puse los pantalones de lluvia, iba empapada, sacándome las polainas y las zapatillas mojadas y llenas de barro. Me saqué el Goretex y me puse un chaleco cortavientos para tener otra capa más, y ya me puse encima de todo el poncho. La intención era a ver comido algo pero tenía tanto frío que preferí seguir y dejarlo para más adelante. Lo mismo que hacer pipi que ya hacía rato que tenía muchas ganas.

Y salí un poco más reconfortada con la ropa de más que me había puesto, estaba todo tan mojado que ya daba igual intentar no mojarte los pies, iba chorreando igual. 

La vuelta hacia el CP5 que era el CP3 por el mismo camino se hizo quizás más corta o es que igual al llevar algo más de ropa no lo pasé tan mal. Parecía en algún momento que iba a dejar de llover pero no, eran falsas ilusiones. Enseguida volvía a ello.
Era gracioso ver como íbamos los corredores y en cambio las ovejas tan tranquilas bajo la lluvia disfrutando comiendo hierba en las bonitas praderas.
Y cuando yo ya volvía todavía había corredores que iban.
Y ya llegué al CP5 dónde había agua caliente y muchos corredores habían parado a comer. Yo comí algo rápido, me puse frontal, gorro, buff, encendí la luz roja de señalización y me puse otro chaleco finito dentro de la chaqueta de Goretex porque al hacerse de noche haría incluso más frío y la meteo no tenía pinta de mejorar.

Cuando estaba acabando de prepararme para salir, Domenico, corredor italiano, me dijo si iba a salir para ir juntos, le dije que fuese tirando que enseguida lo cogería, mi intención era ir rápido para llegar lo antes posible al siguiente CP, que ya era el 6. Enseguida pillé a Domenico y fuimos juntos, él también llevaba un buen paso e íbamos avanzando muy rápido.

Y cuál fue nuestro sorpresa que a los 2 quilómetros aprox nos encontramos a Paul, marido de Sam que nos dijo que teníamos que continuar 4 quilómetros más, y allí encontraríamos a Sam, y tendríamos que hacer 6 quilómetros de vuelta y ya girar hacia la derecha, y en un quilómetros más, estaba el campamento.

Por un lado que cortasen la carrera era normal por el tiempo que hacía y porque parte del recorrido estaba inundado por los ríos y volver a trazar un camino de noche y con esas condiciones no era posible pero lo que era difícil de entender es que si iban a cortar igual, que no cortasen ya y no nos hiciesen hacer 12 quilómetros más (6 de ida y 6 de vuelta) por un camino que ya habíamos pasado por la mañana por el simple hecho de hacer quilómetros y cuando el tiempo era tan malo, seguía lloviendo mucho y con fuerte viento, y ya hacía un rato que íbamos con el frontal.
De hecho en la carrera de Gobi de 2013 en la Long March ya cortaron en el km 42 por las condiciones meteorológicas adversas, nos metieron en un bus y nos llevaron a unas tiendas típicas de Mongolia porque las tiendas del campamento estaban inundadas. En cambio en la Long March de Patagonia en 2017 también llovió bastante pero sólo la primera parte de la carrera con lo que pudimos acabar bien todo el recorrido de la carrera.

Estábamos en éstos 12 quilómetros últimos a muy buen ritmo con Domenico y seguíamos pasando corredores, y cruzándonos a otros que venían de cara.
Íbamos pensando con tanta lluvia cómo estaría el campamento y sobre todo si las tiendas estarían mojadas por dentro o no.

Buff con una mano iba aguantándome la capucha porque nos venía la lluvia y el viento de cara.
Y por fin, llegamos al campamento!! A la llegada nos dieron la "Drop Bag" de cada uno que habíamos entregado antes de empezar la carrera y que siempre se queda la organización para casos de emergencia. Era un placer tener ropa seca.

Fui a buscar mi tienda pero estaban todas cubiertas con plásticos y imposible encontrarla porqué no se veían los nombres de cada una.
Y le pedí ayuda a Hernán, jefe de campamento, que ya nos conocimos de la carrera de Antártida dónde era el marcador.
Y me quité todo como pude para mojar lo menos posible la tienda y entré. Allí ya estaban Deyl y Fran, y Cherrie que pobre al no encontrarse bien había abandonado la carrera durante la etapa. Lo más rápido posible me puse la ropa caliente, y fue una mala sorpresa ver que la bolsa impermeable que se supone que es de muy buena calidad, había traspasado el agua y tenía el saco un poco húmedo, buff no era una gran noticia.
No dormí nada porqué tenía pipi hasta que un par de horas más tarde parece que dejó de llover y pude salir sin mojar la ropa seca que llevaba, eso sí, pies con las chanclas empapados... Me quité calcetines antes de salir ;)

Y ya a la mañana siguiente un sol espléndido jeje... Suele pasar
Genial igualmente para poder sacar ropa y demás material. Todavía siguieron llegando corredores hasta el mediodía, fueron los que habían decidido partir la etapa larga en dos y habían parado a dormir.




Normalmente cuando la etapa larga es la penúltima es genial porqué este día ya es de relax, para hablar con todo el mundo, risas, fotos, comentar cómo había ido la semana y en especial la etapa larga.






Y teníamos al lado un río ancho con poca agua ideal para relajar pies y piernas.
No sé si es porqué al ser la etapa de descanso y tener más tiempo, todos estábamos con mucha hambre.




Qué felicidad todos al pensar que al día siguiente después de la etapa corta teníamos comida en la meta, luego ducha, y había corredores también que tenían la familia en la meta. Y en mi caso contenta también por coger el teléfono y hablar con mi chico y mi familia y amigos. Sólo es esa la parte buena de volver a la realidad jeje... Son días que estás a tope viviendo el presente y trabajo y otras cosas secundarios te dan completamente igual.

Y ya al final del día recogimos todo el material que ya se había secado con el sol de todo el día, última cena de liofilizado y a dormir. pero con la sorpresa del briefing de esa tarde dónde Sam nos dijo que serían 15km y con desnivel positivo, así que no sería una última etapa de relax pero bueno, lo importante es que sí, era ya la última :)

Fue curiosamente de las noches más frías de toda la carrera, en algunos momentos incluso me puse el primaloft dentro del saco.

Y ya sol radiante por la mañana y a por la última etapa, qué felicidad! Las basuras estaban llenas ya de gente que tiraba material que ya no iban a utilizar (en mi caso el cepillo de dientes, geles, chanclas...).

Y a sufrir porque no nos regalaron para nada esos quilómetros pero me puse la música y a disfrutar lo que se podía, nos mojamos los pies cruzando ríos y zonas encharcadas con agua, barro... Largas subidas y bajadas muy técnicas pero la gente iba contenta, era el último esfuerzo. Ví alguna lágrima de dolor de una corredora que estaba mal de las rodillas y supongo que ese machaque ya le dolía más allá y le llegaba al alma.
Iba feliz, incluso al acabar la zona más técnica me puse a correr, con la música, el solecito y ver que llegaba el final... Y 3, 2, 1... Oí los tambores, la línea de llegada abarrotada de gente delante de lago y llegó ese momentazooo, cuando cruzas la meta y es felicidad pura!! TODO ha valido la pena, tanto en esos 7 días como antes, son segundos de oro. Y el momento que te ponen la medalla y ya abrazos y risas con otros corredores, todo son caras de felicidad! Y a comer y beber después de toda el hambre acumulada.
Y ya quedaba la ducha genial y por la noche la cena de celebración y entrega de premios, dónde todavía estás con un hambre enorme jeje...Y ya te despides de todo el mundo hasta no sabes cuando, quizás haya gente que la vuelvas a ver, otros quizás no, pero todos formarán parte de esos bonitos recuerdos y de esta aventura que meteré en mi mochila de la vida.
Ahora sí, a disfrutar del momento! :)))






Y en breve a pensar en la próxima aventura ;) Siempre hay sueños por cumplir :))    



Everest Base Camp (September 2012)