martes, 14 de febrero de 2017

17 de enero de 2017, cumbre Aconcagua (6.962m), ARGENTINA

Empezar el año cumpliendo un sueño es idílico y si es un sueño tan “alto y lejos” como quería, me puedo sentir una privilegiada de poder coger un avión el 3 de enero pasado rumbo a Argentina para subir el Aconcagua
Y si a esto le sumo el hecho de ir acompañada con el mejor guía que existe hoy en día para subir esa montaña, es eternamente increíble. Fernando Garrido, guía de Aragón Aventura, tiene el record guiness del año 1981 de 62 días en la cima del Aconcagua y hasta viajar conmigo y otras sietes personas más, había subido ya 35 veces.

Subir el Aconcagua puedes elegir diferentes opciones, en mi caso opté por la ruta circular, más larga y dura pero más bonita porque puedes ver todo, subir por Plaza Argentina y bajar por Plaza de Mulas.
Allí están en verano, por tanto en Mendoza hacía un calor como el mes de julio en Barcelona pero durante la expedición sabíamos que las temperaturas no serían ni mucho menos así a partir de 4.000 metros.

Cuando la gente me pregunta, ¿es difícil subir el Aconcagua? La dificultad después de la experiencia no es el día de cima, es toda la expedición, los efectos de la altura, el frío, el llegar al campamento agotado por la altura y sus nefastos efectos y con mucho frío y lo único que te apetece es meterte en el saco y dormir y te has de ir con un saco y una pala a picar hielo y pasarte casi cuatro horas con un pequeño hornillo para deshacer nieve entre tú y tu compañero de tienda para poder beber y cenar, pensando que la hidratación es de las cosas más importantes para tener una buena aclimatación y has de intentar beber 4-5 litros. Hacer las necesidades tampoco es fácil (bolsa, bote…), y otras muchas cosas que van complicando el llegar en condiciones al día más deseado, el de cumbre.
Fernando nos iba dando charlas técnicas a medida que avanzaba la expedición pero sin dudas las dos más importantes a la vez que impactantes por su contenido fue la charla de los efectos de la altura y la charla del día de cumbre
Fernando nos dejó clara una cosa importante entre muchas otras que tampoco podíamos olvidar, el objetivo es volver a bajar todos sanos y salvos, la cima es sólo la guinda del pastel  y un “más a más”.
También otra cosa que no podíamos olvidar, hay que guardar fuerzas para la bajada porque una vez arriba, queda lo más importante, afrontar con garantías la bajada. Y como decía Bauty, el otro guía que venía y que pertenecía a Inka Expediciones, nuestra agencia allí, “hemos de llegar a la cima con elegancia”.

Durante los diferentes campos de altura ibas viendo personas que dejaban las expediciones por los efectos de la altura así que había que cuidarse muchísimo, aunque adaptarse o no a la altura depende de la persona, hay algunas personas que se adaptan con más facilidad y otras que a pesar de hacer todo lo que se recomienda, no tienen tanta suerte.

En el Campo Base te hacían una revisión para determinar si estabas bien para subir o no, lo más importante que miraban era la presión arterial y el oxígeno en sangre. Hubo un compañero del grupo que tenía la presión muy alta y tuvo que medicarse para que la bajase porque corría el riesgo de no poder subir.

El día de cima la logística era exigente y Fernando se puso muy serio, no valían equivocarse: a las 2h en pie, Fernando nos dijo que a las 04h quién no estuviese preparado nos íbamos sin él y que era necesario levantarse dos horas antes porque con la altura (en el Campo 3 estábamos a 6.000m) era muy lento hacer todo, sobretodo vestirse, ponerse las botas…

Había que dormir con todo lo eléctrico en el saco, además del agua. Por precaución con la compañera en vez de poner el agua para evitar riesgo de mojar el saco, pusimos el agua en calcetines.
Había que calentar también algo de agua para hacer una infusión/café e intentar comer algo.
Prácticamente habíamos dormido yo y mi compañera de tienda Marta vestidas, Fernando nos dijo el día antes que las manos eran muy importantes mantenerlas calientes para evitar problemas. Todos llevábamos pastillas calientes para poner entre la manopla y el guante de primera capa.
Al salir fuera de la tienda ya preparados para empezar, hace frío, era negra noche, y las risas de nervios de todos eran evidentes
Salimos sin crampones, había una primera parte de nieve pero  no eran necesarios. Ritmo lento, como nos había enseñado Fernando durante todo el proceso de aclimatación “paso lento, respiración profunda”. De momento las sensaciones eran bastante buenas, tenía frío pero moderado, había elegido bien la ropa y el material. Descansamos en varios sitios y de momento bastante bien, en el refugio de Independencia ya empezaba a amanecer y pudimos guardar el frontal.
Seguíamos avanzando, era importante pasar bien la travesía para llegar al punto más importante, la cueva, una vez allí, Fernando decía que se podía hacer cima pero realmente quedaba mucho y muy duro. A la cueva casi todos llegamos tocados porque esa última parte había sido dura, y porque toco trozo de crampones si nieve que agotaba muchísimo.  Fue en la cueva donde una chica del grupo decidió abandonar, y Bauty tuvo que bajar con ella, y con otra persona de otra expedición que también se daba la vuelta y a nosotros se añadía otro guía con un cliente para darnos apoyo.
A partir de aquí empezaba la famosa “canaleta”, una canal con fuerte pendiente, nieve pero que permitía ascender sin riesgo alto y sin necesidad de encordarse ni piolet, íbamos con palos y crampones.
Este último tramo eran 300 metros hasta la cima que se hicieron eternos para casi todos, Marta y yo nos quedamos con Fernando que fue clave para llegar a meta, nos animó hasta el último metro para hacer cumbre, se adaptó a nosotras sin problema, nos decía sobretodo que no nos preocupásemos que íbamos con tiempo de sobras. El cielo era azul y el frío había aflojado un poco pero el cansancio derivado de los efectos de la altura era demoledor, estaba agotadísma. El día anterior pensé que no lo conseguiría y ahora me encontraba a nada de la cima así que no me podía rendir.

Así que lo di todo y de pronto una última “grimpada” por piedras y escuché las voces de alegría, estábamos en la cima, 12.20 de la mañana del 17 de enero de 2017, lo había conseguido, me inundó una enorme felicidad, el paisaje era espectacular, la sensación increíble de haberlo conseguido, un gran abrazo con Fernando, Marta, Pedro y otros compañeros, y antes de nada pensé en la gente que quiero y me senté en el suelo con la única intención de coger unas piedrecitas para algunas personas especiales en mi vida, y algún amigo que me había pedido. 
Luego unas fotos y después de un breve descanso Fernando ya nos dijo que tocaba bajar ya. Aunque hacía mucho frío con la ropa que llevaba iba genial, el cielo era azul y brillaba mucho.
Cima Aconcagua con Fernando Garrido

La verdad que hasta “La cueva” bajé genial “cramponeando”, algún rato con nieve y otros sobre piedras, iba con el primer grupo con el otro guía, y Fernando se quedó atrás con el resto, y allí los esperamos para juntarnos todos.
Descansamos un rato, yo intenté comer pero imposible, no me entraba nada. A partir de allí la bajada se hizo más dura por el cansancio, y los últimos quilómetros hasta el campo 3 fueron eternos, estaba agotada, con Marta íbamos haciendo. Yo tenía tanta sed de agua sin isotónico que me metía nieve en la boca. Fernando ya tiró de nosotras los últimos quilómetros.
Y agotados pero felices llegamos al Campo 3,  mi gran recompensa era beber agua, y meterme en el saco a dormir ya hasta el día siguiente. Vomité antes un par de veces, todo líquido, y me tomé un par de infusiones y a dormir, lo había conseguido, había hecho cima, y ahora por fin, necesitaba descansar sin presión.
Dormí genial, al día siguiente nos levantamos ya todos con una gran felicidad, recogimos todo y ya rumbo a Plaza de Mulas, campo Base.
Fue una bajada también dura, mucha piedra, y todavía seguía bastante cansada, pero fue una gran alegría llegar al mediodía dónde nos tenían preparada una gran comida. Ya pudimos tener algo de wifi y dormimos en “cuchetas” de 8, genial! Unos paseos por allí y a descansar, comer y disfrutar hasta el día siguiente que tocaba ya bajada hasta Penitentes de 9 horas, me encontraba ya genial así que la llevé bien!
Y una vez en Penitentes, la esperada ducha, cerveza, buena comida y wifi, y a disfrutar de haber conseguido este gran sueño, hacer cumbre del Aconcagua a 6.962m, la montaña más alta de América!
Mil gracias a todas las personas que me han animado en la distancia! Y a los que lo compartimos in situ, mis grandes compañeros Marta y Pedro, y sobre todo a Fernando, gran guía y persona, GRACIAS! Y a Bauty, el otro guía! 

Algunos de los increíbles paisajes y momentos vividos:

Los increíbles Penitentes

En el Campo 2 (5.500m) con el Aconcagua detrás

De camino al Campo Base saliendo de Casa de Piedra

Vistas des del Campo 1

Plaza de Mulas (Campo Base)

Vistas de la pared sud cuando estábamos ya a pocos metros de la cumbre 

Entrada al Parque antes de empezar la expedición el 6 de enero

Campo 2



Último día bajando a Penitentes

Últimos día llegando a Penitentes

Bajando al Campo Base de Plaza de Mulas

Llegando al Campo Base de Plaza Argentina (4.200m)


Llegando al Campo Base de Plaza Argentina (4.200m)
Puente del Inca, el 6 de enero, antes de empezar la expedición


Campo Base de Plaza Argentina, a 4.200m

Vistas des del Campo 2

Subiendo al Campo 2

Primeros días de camino al Campo Base de Plaza Argentina

Aclimatando en el Cerro Colorado, des del Campo Base de Plaza Argentina


Vistas des del Campo 2


Subiendo al Campo 1

Subiendo al Campo 2

Último día bajando a Penitentes

Vistas des del Campo 2

Vistas de la pared sud cuando estábamos ya a pocos metros de la cumbre 

A pocos metros de la cima con Fernando Garrido

Vistas del Aconcagua des del Campo Base de Plaza de Mulas

Campo 2

En el Campo 2

Vistas des del Campo 1

Campo Base de Plaza Argentina

Subiendo al Campo 2

Un guanaco que tuvimos la suerte de ver

Vistas des del Campo 2

Vista del Campo Base de Plaza Argentina

Recogiendo el diploma de la cima del Aconcagua, con los dos guías, Fernando y Bauty


Everest Base Camp (September 2012)