jueves, 19 de mayo de 2022

30 años con la diabetes en mi mochila de la vida

20 de mayo de 1992... 30 años ya de aquella noche que recuerdo como si hubiese sido ayer. Era negra noche por la ventana, silencio sepulcral en la UCI del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. A mi alrededor sólo bebes con “cables” conectados a una máquina. A mi lado un niño más o menos de mi edad que llegó el último, todo con yodo y cables y que no se había despertado todavía, y a su lado yo, que estaba consciente, también con “cables” y una vía que siempre me estaba metiendo algo en mis venas. 

Creo que llevaba allí ya un par de días, con unas enfermeras que me trataban genial, y unos médicos que también, aunque todavía no sabía que tenía, nadie me había contado nada. Mi madre recuerdo que pudo entrar una vez toda forrada de verde. Recuerdo que lo único que quería con mucha intensidad esos días era beber agua, pero las enfermeras me dijeron que todavía no podía, y me mojaban la boca con una gasa mojada para refrescarme. Aquella noche se rompió el silencio cuando unos petardos empezaron a sonar fuera, y escuché algún grito de alegría pero no entendía porqué. Años más tardes entendí que aquella noche el FC Barcelona había ganado su primera Champions en el estadio de Wembley contra la Sampdoria.

1-2 días más tarde una de la enfermeras que me cuidaba vino a decirme que ya esa mañana saldría de allí... Qé bien podría beber agua! Como son los niños de geniales, sólo se preocupan por los deseos vitales  Una enfermera vino cariñosamente a peinarme y me puso mi goma del pelo de bolitas de colores y mis pendientes de pájaros, lo recuerdo perfectamente. En ese momento me dijo que a partir de ahora me tendría que pinchar todos los días y que ya me enseñarían como hacerlo los próximos días que estaría ingresada en planta con otros niños que tendrían otras enfermedades. Recuerdo que le pregunté si me tendría que pinchar todos los días de mi vida, en ese momento sentí miedo, miré a la izquierda por el cristal donde mis padres miraban con cara de tristeza y entonces me di cuenta que lo que me estaba diciendo esa enfermera era verdad...  

Y en ese momento lo único que me preocupaba era no poder comer chucherías y cómo se lo explicaría a mis amigos... Bendita mente de una niña con 10 años que el futuro te da igual, vives el presente intensamente.

(algún día seguiré explicando como fueron los siguientes días, meses y años de aprendizaje).

Ya han pasado 30 años desde que la diabetes llegó a mi vida y puedo decir que he sido muy muyyyy feliz, he podido ir cumpliendo todos mis sueños. He competido en los 5 continentes pisando lugares tan increíbles como Antártida, he hecho carreras de más de 500 quilómetros, he subido montañas de hasta 7.100 metros... No le reprocho nada a la vida ni a la diabetes, sólo me quedará una espinita clavada, no haberme pedido dedicar a la profesión que me hubiese gustado, y no por la diabetes, sinó por la ley que se aplica a las personas que tenemos diabetes con respecto a algunas profesiones.    


Carrera The Coastal Challenge (en Costa Rica) 
(foto de José Andres Vargas)


Mil gracias desde el primer momento a todos esos médicos, enfermeras, educadoras de diabetes, dietistas, entrenadores, fisios y demás profesionales que me han ayudado a hacerlo posible. A mis padres y a toda mi familia que desde el primer día han estado apoyándome. A todos mis amigos y personas que he compartido quilómetros, montañas, aventuras, carreras, expediciones, trabajo... y me han ayudado cuando lo he necesitado. A los profesores del colegio, del instituto y de la la universidad por entender mis necesidades. A las personas que hay detrás de esas marcas, empresas e instituciones que me han me han ayudado a conseguir mis sueños sin ser una deportista de élite. A los medios de comunicación que por algún motivo han creído que mis sueños eran noticia. A los laboratorios farmaceúticos que han seguido investigando y haciendo la vida más fácil la vida a las personas con diabetes. A la Fundación de la Diabetes de Madrid por acercarme a un grupo de personas increíble y conocer a más deportistas con diabetes. A esos padres y esos niños y demás personas con diabetes que se han acercado a mi pidiéndome un consejo y han creído que yo era un buen ejemplo para pensar que la diabetes no era nada negativo  

Tantas y tantas personas... Dr. Miquel Gussinyé, Dra. Conxa Castell, Dra. Cristina Hernández, Serafín Murillo, Montserrat Castellsagué, Josu Feijoo... GRACIAS de corazón. 

Un deseo? SALUD para seguir cumpliendo sueños los próximos 30 años con la diabetes en mi mochila de la vida! :)) 


Campo 3 Pico Lenin (en Tayikistán), a 6.100m de altura


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