A veces las cosas no
dependen de uno mismo, y el competir en equipo es un gran ejemplo.
Iba con muchísima a la ilusión a la PTL sabiendo que era un
reto complicado, una carrera muy dura, 300km 27.000m de desnivel positivo, sin
marcar (con GPS, libro de ruta y mapa), con todo en la mochila y 3 bases de
vida. Hacía 2 años que quería hacer esta prueba y este año se animaron Roque y
Esteve, así que genial.
No habíamos podido coincidir casi nada para entrenar, pero
cada uno fue haciendo por su lado.
La PTL es la prueba más desconocida del Ultra-Trail du
Mont-Blanc, todo y que cada vez está saliendo más a la luz porque todo el mundo
busca más. A mí me atraía por el concepto “aventura”, me recordaba de alguna
manera al formato 4deserts.
Despertar en Chamonix |
Ésta era la carrera que empezaba antes en Chamonix, el lunes 24 a las 17.30, y con una previsión de meteo no muy buena…
Los días previos aproveché para disfrutar de “mi lugar”, de mis amigos. Hice una visita a mi gran amigo Didier Lafond que en un casa me siento siempre como en casa, y me estuvo contando planes, proyectos… Y este año se volvía a hacer cargo de la película del UTMB, con un gran equipo trabajando a sus órdenes, además de los helicópteros este año contaba con la ayuda de una gran águila para gravar increíbles planos.
Chamonix |
Servoz, casa de Didier |
Llegaba el gran día, me invadía más la ilusión que los nervios a diferencia del año pasado con el UTMB. Esta prueba es la que más veces he corrido en mi vida, con lo cual venir aquí no es nada extraño cada mes de agosto, aunque sí que es cierto que prefiero escaparme durante el año y pasar unos días tranquilos aquí porque éstos días de las carreras es una locura, cada año parece que hay más gente, los precios están más altos…
La misma mañana del lunes 24 podríamos recoger el dorsal en el centro deportivo, y llevar la bolsa de vida con nuestras cosas, la cual encontraríamos en 3 puntos de avituallamiento de la carrera. Era un saco negro de 50L que se repartía a cada corredor para que colocase sus cosas y una pegatina con su número de dorsal.
La misma mañana del lunes 24 podríamos recoger el dorsal en el centro deportivo, y llevar la bolsa de vida con nuestras cosas, la cual encontraríamos en 3 puntos de avituallamiento de la carrera. Era un saco negro de 50L que se repartía a cada corredor para que colocase sus cosas y una pegatina con su número de dorsal.
Este era el primer año que The North Face no era partner de
esta carrera y resultaba extraño… El diseño de la camiseta, el branding del
entorno… Faltaba algo.
En el briefing vimos un poco el tipo de corredores que se
enfrentaban a esta gran aventura, se veía gente experta, dura… aunque como en
todas las pruebas, había de todo.
Briefing |
Desde que acabó el briefing (15.15h) hasta la salida
teníamos 2h15, así que tocaba comer, acabar hacer bolsa, y prepararnos, y si
daba tiempo estirarse un rato (esto último ya no dió tiempo…).
El cielo estaba gris, abarrotado de nubes y el Mont-Blanc
estaba escondido detrás. Había estado lloviendo por la mañana y la previsión de
tarde y noche era lluvia.
Ahora sí, última hora y media con nervios y prisas para
preparar todo, cambios de última hora, ajustar mochila, peso…. Y empezó a
llover, caía muchísima agua, suerte que a última hora decidimos comprarnos una
capelina. Buff otro año seguido más con salida inundada en agua, pero este año
mucho más.
Llegamos a la plaza sobre las 17.05, qué diferencia con la
salida del UTMB que está a tope, éramos sólo 250 de los 2.500 del UTMB, un 0 de
diferencia ;)
El agua no dejaba de caer, el speaker animando, últimos
minutos, abrazos, risas, nervios… Y empezaba la aventura.
Era increíble el gran ambiente, la gente nos animaba bajo la
lluvia, con mucha alegría, estaba muy emocionada, tenía claro que acabaríamos…
Fuimos caminando-trotando y una vez acabado el asfalto
teníamos una subida en zig-zag de 700metros positivos. Empezamos a subir, el
corazón palpitando a ritmo rápido y las pulsaciones a tope. Íbamos en fila
india, nadie intentaba pasar, los primeros ya se habían escapado, y el resto
íbamos subiendo como podíamos sin perder el ritmo, era mejor no mirar hacia
arriba porque no se veía ni el final, sólo personas subiendo…
Empecé a notar que a Roque le costaba, lo oía respirar muy
fuerte, cuando el camino se estiraba se quedaba detrás, pero iba haciendo. Al
acabar este tramo pudimos descansar, entrar en camino, bajada, y enseguida una
persona de la organización nos avisó que nos desviaban porque el río bajaba con
mucha agua y que desconnectasemos el track original del GPS y pusiéramos el
R00. Nos dimos cuenta que el GPS iba a ser imprescindible.
Llegaba la noche, íbamos haciendo goma con los mismos
equipos conscientes que íbamos muy atrás. La lluvia parecía que se apagaba y
facilitaba el avanzar quilómetros aunque el terreno estaba muy empapado de
sobredosis de agua y era muy fácil resbalar.
Enseguida me di cuenta que como me imaginaba el terreno de
la PTL no tenía nada que ver con el del UTMB.
Empezamos a pasar tramos muy técnicos de cadena, precipicios
dónde como decía el roadbook “Prohibido caerse”, esta frase provocaba una risa
de respeto…
De nuevo tocaba subida, primero al Col de Tricot y seguida y
más potente, al Refuge de Tre-la-Teté. Roque seguía muy flojo, al final
decidimos que pasase al delante y fuera él quién marcase el ritmo porque si no
se quedaba muy atrás y teníamos que ir esperándolo. Esto, mezclado con dos
errores de lectura del GPS, nos hizo perder de nuevo más tiempo.
Llegamos al refugio justo cuando empezaba el día, había
corredores comiendo, durmiendo, hablando… La acogida por las 2 personas de la
organización y por la persona del refugio no fue muy cálida, y casi no quedaba
comida y tuvimos que repartir 2 platos de pasta entre 6 (con un equipo
italiano), que además no costó pagar 17€ cada plato, y 5.50 de cada Coca-Cola… con el estómago
semilleno después de toda la noche, decidimos hacer un “sueño flash” de 10
minutos, recolocar mochila y salir.
Ahora llegaba un poco de bajada que afrontamos con humor y
seguida una dura subida a col de Cicle, dónde también nos cruzamos con más
corredores y compartimos subida. Se hizo larga, un zig-zag interminable con
niebla profunda que además tenía más altura que la marcada por la organización.
Yo miraba el reloj y era consciente que era tarde pero no
perdía la ilusión por seguir adelante, la aventura no había hecho más que
comenzar.
Una vez arriba, bajamos un poco y paramos para comer algo.
Seguía una larga bajada, incómoda porque estaba muy resbaladiza. El sol
empezaba a quemar, parecía que el tiempo se arreglaba. Empecé a notar molestias
en el tibial pero no les hice caso, prefería seguir y obviar el dolor. Fue
entonces cuando llegamos al siguiente control de paso, La Guitte, km 47.9, y
allí se produjo el momento que salió a flote, seguir o no, no me lo podía
creer… Ellos votaron de no seguir, Esteve también se había desanimado porque el
ritmo que llevábamos era muy lento y no era seguro si llegaríamos al primer
corte de tiempo. Yo hubiese seguido seguro, lo hubiese luchado hasta el final, estaba
segura que yo y Esteve podíamos llegar al corte pero el equipo éramos 3, así
que la decisión estaba tomada.
Me invadió una enorme tristeza, rabia, quería seguir
luchando, me hacía muchísima ilusión esta carrera y me encontraba bien para
seguir. De poco me servía ver a otros equipos que también abandonaban. Era un
prueba terriblemente dura pero ya sabíamos que no la iban a regalar y teníamos
todavía por delante mucho partido para jugar y banda ancha de sufrimiento.
En fin… La necesidad inmediata era de irme para casa ya y
huir del gran ambiente UTMB de Chamonix, pero las casualidades hicieron que me
quedase, adelantar el vuelo era muy caro e iba bien para mi trabajo si me
quedaba allí haciendo seguimiento de los podios catalanes. Así que así fue, me vine
un par de días antes de lo previsto pero estuve 4 días desde que lo dejamos.
Aproveché para ver amigos, trabajar, salir 3 mañanas a
entrenar… Aunque se hacía duro, dolía estar por allí con esa experiencia y
tener que dar explicaciones porque es más fácil que aquí encontrarte mucha
gente del mundillo por la calle.
Rueda de prensa previa UTMB |
En la línea de meta, en el sitio reservado para prensa, esperando a Pau Bartoló (1o TDS), con Albert Jorquera y Mayayo |
Entrenando subiendo a Brevent |
Pase de prensa Ultra-Trail du Mont-Blanc |
Plan Pratz |
Un placer como siempre pasear por el Salón UTMB, lleno de
amigos, marcas, productos, carreras, conocidos…
Muuchas gracias al equipo de Lurbel por el roll-up que
pusieron en su stand con 2 fotos mías de la carrera de Australia y el
testimonio.
Fue increíble el momento de cruzarme por sorpresa en la
calle con Ali, corredor del Líbano con quién corrimos juntos en Australia, con
otro corredor con el que corrí en Atacama (Chile), y con otros 2 corredores
asiáticos que corrimos juntos en el desierto de Gobi (China). This is my life!!
:)
Gracias como siempre a todos los que habéis vivido conmigo
la carrera insitu o en la distancia!! :)
No sé cuando volveré a correr la PTL, pero volveré seguro!
Y a
Chamonix, lo antes possible, I miss it since the first second that I left ;)